¿Por qué un teatro para el cambio social?
Nueva Sociedad 92 / Noviembre - Diciembre 1987
El teatro, desde sus orígenes, tanto en Oriente como en Occidente, junto con testimoniar la realidad del momento, ha solidarizado con las luchas de las mayorías para obtener sociedades cada vez más justas. Ello le ha significado dejar en el camino muertos, víctimas, perseguidos, obras quemadas, prohibidas, censuradas. Pero el teatro, que como arte es forma de conocimiento, permite al hombre tomar conciencia sobre sus problemas, que le conduzca, por las vías correspondientes, a encontrar las soluciones adecuadas. La lucha por las transformaciones sociales ha encontrado en el teatro un elemento coadyuvante, en el pasado como en el crítico presente, agudizado en el caso de América Latina. Para el autor de este ensayo, un teatro carente de compromiso con la dinámica social transformadora es un teatro muerto. Su compromiso es lo que determina su permanencia en el tiempo.