Por lo menos desde la crisis financiera del Sudeste asiático, de la que todavía no ha pasado un lustro, se discute cada vez más vehementemente sobre la conveniencia de establecer algún tipo de estructura que regule la circulación internacional de capitales. Las propuestas que provienen de los gobiernos de los países centrales son cautelosas y suspicaces. Las planteadas por los organismos financieros internacionales parecen, por su parte, naturalmente insuficientes. Mientras tanto, dejar hacer significa que los lobos cuidan el rebaño: desde aquella crisis se han producido las de Rusia y Brasil. Quizá no falte mucho para un próximo ciclo de crisis.
Nueva Sociedad
168
— Julio - Agosto 2000
¿Hacia una nueva arquitectura financiera internacional?
(Nueva Sociedad 168 / Julio - Agosto 2000)
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Foco: Perú 2002
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