El asesinato del afroestadounidense George Floyd generó una ola de insubordinación popular a lo largo y a lo ancho del país, contra la brutalidad policial y una serie de iniquidades de larga data. Las protestas evidencian la crisis de todo el sistema, no solo del gobierno de Donald Trump, y buscan poner en pie nuevas coaliciones sociales para quebrar los efectos del supremacismo y la fragmentación racial de las clases populares.