Si el escenario de un Brexit sin acuerdo se concretara, Reino Unido se convertiría una vez más, tras la revolución thatcheriana, en el laboratorio europeo de una ofensiva antisocial de envergadura que podría exportarse luego al continente. Boris Johnson podría apoyarse en una «Internacional del Brexit» compuesta de gobiernos populistas de extrema derecha, todos ferozmente anti Unión Europea.