Argentina. Economía hipotecada y poder político fragmentado
Nueva Sociedad 174 / Julio - Agosto 2001
La evolución de la Argentina hacia mediados de 2001 desafía la capacidad de análisis político y la posibilidad de formular un diagnóstico unificado. Por una parte, el país estuvo al borde de una cesación de pagos que de concretarse hubiera agravado bruscamente la deteriorada situación. Por otra parte, las instituciones políticas se hallan en un estado de sorprendente debilitamiento y fragmentación: la coalición que llegó al poder en diciembre de 1999 ha fracasado al menos desde el punto de vista de sus objetivos originales y de su sustento popular, y de hecho se encuentra en proceso de dispersión. Sin embargo la oposición corre el riesgo de no capitalizar la desafección popular del oficialismo, debido al descrédito de su propia acción de gobierno durante los 90, recuerdo recientemente reavivado por los procesos judiciales por corrupción que condujeron a la cárcel al ex-presidente Menem y a varios de sus colaboradores.