Las elecciones de eurodiputados, entre el 6 y 9 de junio, parecen encaminarse a un aumento de la representación de la extrema derecha, pero las previsiones anticipan una victoria para los conservadores. La socialdemocracia, que no pasa por su mejor momento, seguirá teniendo un papel en el próximo periodo legislativo, en medio de la probable caída de liberales y verdes. La gran pregunta es si la derecha buscará alianzas con los radicales y hasta qué punto esto puede alterar las identidades políticas sobre las que pivotea la Unión Europea.