Opinión
julio 2024

Un viaje por las revistas de la izquierda latinoamericana

En Revistas de vanguardia e izquierda militante, el historiador y antropólogo limeño Ricardo Melgar Bao reconstruyó la trayectoria de diversas publicaciones que, en las décadas de 1920 y 1930, agitaron el panorama político de la región. Haciendo eje en revistas como Amauta, Indoamérica, La Antorcha y Octubre, Melgar Bao, recientemente fallecido, dejó un testimonio intelectual valioso sobre la cultura impresa asociada al mundo de las luchas políticas socialistas y democrático-radicales.

<p>Un viaje por las revistas de la izquierda latinoamericana</p>

La obra 

Hace apenas unos meses, cuando finalizaba el año 2023, el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CeDInCI), junto con la editorial argentina Tren en Movimiento, anunció la publicación de Revistas de vanguardia e izquierda militante. América Latina 1924-1934, último trabajo del reconocido historiador y antropólogo limeño Ricardo Melgar Bao. Desde entonces, el libro cruzó fronteras argentinas y viajó por distintas ciudades latinoamericanas: Lima, Quito, Guayaquil, Ciudad de México, Montevideo y Santiago de Chile. Sus lectores se multiplicaron y, en cuestión de meses, fue presentado en más de una ocasión.

Las razones que explican este interés y circulación de alcance continental son muchas y variadas. La primera y fundamental es lo que el libro ofrece. En algo más de 300 páginas, Revistas de vanguardia e izquierda militante reúne un conjunto de investigaciones sobre la cultura y la sociedad latinoamericana –entre 1924 y 1934–, centradas en un aspecto específico del universo urbano de nuestro continente: el mundo impreso –letrado, editorial, revisteril– de las izquierdas y vanguardias en las primeras décadas del siglo XX.

Cada uno de sus capítulos está dedicado al estudio de una revista particular, y la suma de ellos va construyendo el hilo rojo que, al final, dará sentido al libro en su conjunto: el interés por la historia de la Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA) de Perú y sus emprendimientos intelectuales, culturales y políticos en América Latina y el mundo.

En el primer capítulo se indaga sobre La Antorcha, revista publicada en la ciudad de Quito entre 1924 y 1925 y considerada por el autor como un espacio de encuentro y debate político-intelectual en el que el Partido Socialista ecuatoriano daría sus primeros pasos.

Al primer capítulo le sigue otro, que es clave en el libro: el que dedica a la primera época de la revista limeña Amauta, dirigida por José Carlos Mariátegui, entre 1926 y 1927. Si la sofisticación de este segundo ensayo reside en la agudeza de la mirada global con que Melgar Bao observa la primera época de Amauta –la revista del mítico pensador peruano es analizada en relación con otras empresas editoriales y espacios de sociabilidad intelectual, sindical o política–, su complejidad se encuentra en la defensa de una hipótesis audaz: Amauta habría sido el primer gran emprendimiento de una política cultural de izquierda, alternativa a la gubernamental, inédita hasta entonces en la historia peruana y continental.

En el tercer capítulo emerge otra geografía distinta de la andina, el Caribe antillano y otra ciudad: La Habana. Fue en ella donde, entre 1927 y 1928, los exiliados peruanos dieron vida a la revista Atuei. Desde sus páginas difundieron las banderas antiimperialistas del aprismo a escala continental, incluso antes de que este se consagrara, orgánicamente, en su tierra natal peruana. De allí su interés y su relevancia.

La cuarta revista analizada comparte con Atuei muchos de sus rasgos y singularidades. Aparecida en 1928, Indoamérica fue una revista de los exiliados peruanos en México. Desde allí difundieron las ideas del aprismo, reelaboraron su proclama antiimperialista y consolidaron la transnacionalización de sus banderas, mixturando en ellas la herencia intelectual y política de la Revolución Mexicana. Poco tiempo después, el aprismo peruano y sus exiliados cruzaron las fronteras latinoamericanas y, algunos años antes del estallido de la Guerra Civil Española, desembarcaron en Madrid. En esa ciudad volvieron a tejer el paño de sus banderas a las que sumaron, por intercambio o por influencia, la fuerza del hispanoamericanismo, primero, y del internacionalismo, después. Lo hicieron, una vez más, fundando revistas o participando de ellas. Fue el caso de Bolívar y Octubre, publicadas en la capital española entre 1930 y 1934. A ellas se consagran las páginas de los últimos dos capítulos del libro. 

Con todo –y luego de un largo y ajetreado viaje por Lima, Quito, La Habana, México y Madrid–, lo que nos deja la lectura de estos seis ensayos es la agenda de temas y de problemas que acompañaron a Melgar Bao durante toda su trayectoria como antropólogo e historiador: las redes político-intelectuales latinoamericanas y la huella del marxismo en ellas, el mundo revisteril y editorial de las izquierdas, la obra de grandes figuras de la política y del pensamiento peruanos, la historia del movimiento obrero y sus derrotas o batallas bienlogradas, la singular geografía que dibujan los exilios, la dimensión simbólica e iconográfica de las ideologías, de los imaginarios y de las ideas.

Pero, ¿qué busca Melgar Bao al recuperar la historia de La Antorcha, Amauta, Atuei, Indoamérica, Bolívar y Octubre? En primer término, introducirse en un viejo pero actualizado debate (sobre el que existe una importante bibliografía): cómo definir y categorizar las publicaciones periódicas latinoamericanas. La solución ofrecida se adivina en el mismísimo título del libro: las seis revistas que Melgar Bao rescata son nombradas, según el caso, como «de vanguardia» o «de izquierda militante». El verdadero debate, sin embargo, no se libra a partir de estas definiciones, más descriptivas que verdaderamente analíticas.

Al momento de categorizar las publicaciones periódicas que animaron la historia del mundo intelectual y político latinoamericano del siglo XIX y XX, Melgar Bao propone desechar –por lábil, imprecisa y general– la noción de «revistas culturales». Provocadora y arriesgada propuesta porque, entre otras cosas, este libro pertenece a la colección «América Latina en sus revistas», cuyo tomo de apertura –Las revistas culturales latinoamericanas, escrito por Horacio Tarcus–, consagró la noción que Melgar Bao descarta. Ese descarte, sin embargo, no es del todo seguro ya que, a lo largo del libro, «revistas intelectuales» o «revistas culturales» son denominaciones que el autor utiliza de modo recurrente y que intercambia sin mediar aclaración alguna.

Sea como fuere, resulta evidente que, al sacrificar la noción de «revista cultural», se pone en el centro de la escena a la ciudad, a lo urbano como código donde descifrar las revistas en tanto emergentes político-intelectuales, «la revista –sostiene el autor– o es culturalmente urbana o no es». De esta manera, lo que para Melgar Bao define a las revistas que recupera y estudia no es su pertenencia al universo de «la cultura», sino su dominio urbano.

El esfuerzo decidido en recuperar la historia de cada una de las revistas como parte de las ciudades latinoamericanas obliga al autor a reponer contextos y dimensiones históricas de lo más variadas para una década febril: 1924-1934. Fue entonces cuando los procesos de modernización político-culturales y las transformaciones urbanas, los ensordecedores ecos de la Reforma Universitaria, la Revolución Rusa o la Revolución Mexicana, le dieron los leimotivs indiscutibles a aquellos tiempos. En los entretelones de un escenario con estas características, el libro nos devuelve escenas de la vida histórica de una generación de intelectuales latinoamericanos, el modo en que estos crearon e imaginaron las ciudades donde publicaron sus libros y revistas, donde construyeron sus bibliotecas y socializaron sus debates e ideas, y donde, al final, dieron sus mejores batallas culturales y políticas.

Las ciudades que Melgar Bao trae a cuento (Lima, Madrid, México, Quito o La Habana) no son simples referencias geográficas de las revistas estudiadas, sino su condición y su producto, su inspiración y su posibilidad. Capitales de una discontinuada geografía transfronteriza –dibujada por los avatares del exilio de militantes e intelectuales latinoamericanos–, las ciudades fueron, para el autor, un verdadero «corredor de ideas». En esa geografía, y siguiendo la huella de ciertas revistas, Melgar Bao es capaz de identificar aquello que en este libro lo desvela: la historia del APRA, ese artificio político-cultural peruano que fue, durante décadas, la plataforma social y la inspiración segura para la revolución antiimperialista, indoamericana y de izquierda a escala global y continental.

En fin, como puede observarse, en la pluma de Melgar Bao, se ingresa a las revistas como si se ingresara a un mundo. Y en ese mundo navegarán quienes lean este libro.

El autor

¿Quién era Ricardo Melgar Bao y por qué escribió su último libro sobre revistas, ciudades e intelectuales en la América Latina de los años 20 y 30?  

Hijo mayor de una familia pequeño-burguesa, criolla, católica y aprista de Perú, Ricardo nació el 21 de febrero de 1946, en la ciudad de Lima. Fue criado por tres mujeres: Doris, Martha y Renée, sus tías. Creció rodeado de libros y, al término de su bachillerato, se convirtió en alumno del profesorado en Filosofía y Ciencias Sociales en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega de Lima, donde, durante los años 60, dio sus primeros pasos como dirigente estudiantil de la nueva izquierda peruana. Tiempo después, se interesó por la carrera de Psicología y, en 1972, ingresó a la Universidad Nacional de San Marcos, donde iniciaría sus estudios como antropólogo. Luego de obtener su primera titulación, se convirtió en docente universitario, oficio que cultivó toda su vida. Además de un lector voraz y humanista decidido, Ricardo fue poeta, narrador e incansable viajero. Ciertamente, en la búsqueda de documentos y materiales de su interés, viajó por todo el continente, donde tejió una red multitudinaria de colegas y amigos.

En 1976, cuando la dictadura de Morales Bermúdez gobernaba Perú, debió partir al exilio. Desde entonces, Ricardo vivió en México, país que se convirtió en su segunda patria, donde cursó sus estudios de posgrado y escribió la mayoría de sus libros y donde, también, nacieron sus hijos. Allí fue docente de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En la Ciudad de México se recibió de magíster, primero, y de doctor, después, con un valioso trabajo sobre la historia del movimiento obrero latinoamericano, publicado por la editorial Alianza, en Madrid. En la Universidad Nacional Autónoma de México fue profesor de las materias Historia de las Ideas en América Latina e Historia de la Cultura Latinoamericana. Décadas mas tarde, fue reconocido como investigador nacional y se desempeñó como director del Colegio de Estudios Latinoamericanos y del Departamento de Estudios Latinoamericanos.

En esta maratónico y acaudalado recorrido intelectual y académico, Melgar Bao fundó revistas y participó en decenas de ellas, recuperó archivos y documentos olvidados o perdidos y, con el tiempo, se convirtió en un entusiasta y cultivado ensayista. Así, llegó a publicar más de 20 libros y cientos de artículos. En ellos se evidencia su interés por la historia del movimiento obrero, el marxismo, las izquierdas latinoamericanas –y las dimensiones simbólicas e iconográficas de sus ideas e ideologías–, los avatares de los exilios, el mundo impreso y revisteril, y la emergencia de redes y tramas de intelectuales.

Es sencillo ahora advertir por qué alguien con esta trayectoria decidió escribir su último libro sobre las ciudades, las revistas y los intelectuales latinoamericanos. Melgar Bao sabía de la importancia de las revistas culturales porque él mismo las había recuperado y cultivado. Conocía en detalle la historia de los intelectuales de izquierda porque, además de estudiarla esforzadamente, formó parte de ella. Melgar Bao sabía del continente, de las geografías y de las ciudades que nos narra porque él mismo las recorrió con la sorpresa juvenil y curiosa que caracterizó su genio, su talante.

El legado

Según sus colegas y amigos, la primera noticia que tuvieron de lo que, más pronto que tarde, se convertiría en el último libro de Melgar Bao fue en 2019, cuando le pidió a la ensayista y crítica literaria Liliana Weinberg que, llegado el momento, fuera ella quien lo prologara. Un año más tarde, el libro estaba escrito y el prólogo, en marcha. Mientras tanto, desde la ciudad de Buenos Aires, Horacio Tarcus organizaba su publicación en la editorial Tren en Movimiento. Sin embargo, Melgar Bao no alcanzó a verlo impreso y publicado. Murió algunos días después de entregar el manuscrito final.

Las circunstancias de escritura de Revistas de vanguardia e izquierda militante fueron, en efecto, muy ingratas. Su autor fue víctima de la pandemia de covid-19 que azotó el mundo a partir de diciembre de 2019 y, desde que enfermó, vivió y escribió en condiciones muy difíciles. Sus amigos y familiares evocan la cronología de la escritura del libro como una carrera contra el tiempo y la muerte. «Este libro, básicamente, recoge el último aliento de vida de mi papá», señaló Dahil Melgar, su hija, en la presentación del libro que organizó el CeDInCI el 12 de marzo pasado. En ese evento, Tarcus leyó las últimas palabras que Ricardo escribió para él, tres días antes de morir, en un breve correo electrónico: «Querido Horacio: logré rehacer el capítulo quinto que se me había borrado del disco duro. Estamos esperando las correcciones de estilo de la introducción y el cierre de palabras. El día martes le enviaremos a la correctora de estilo el capítulo faltante y a ti los que ya tienen el visto bueno (capítulo 1, capítulo 2, capítulo 3, capítulo 4 y capítulo 6). Hemos batallado a contracorriente, más allá de todas mis flaquezas, pero puedo decir que creo haber cumplido bien la jornada. Un abrazo de Ricardo para ti y Karina».

Como era de esperar, la publicación del libro en 2023 precipitó una urgencia de elegías y fue excusa y motivo más que oportuno para su larga despedida. En cada reseña, en cada presentación, en cada evento, se le informaba al nuevo lector que tenía entre sus manos algo más que una novedad editorial… era, acaso, el artificio impreso del optimismo de la voluntad.

Revistas de vanguardia e izquierda militante. América Latina 1924-1934 es, con todo, mucho más que un conjunto de investigaciones sobre la cultura y la sociedad latinoamericana a través de sus revistas, sus ciudades y sus formaciones intelectuales o políticas. Es, también, como lo sugiere Liliana Weinberg en su prólogo, un verdadero testamento intelectual.




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