Opinión
abril 2018

El nuevo rostro del poder colorado

Tras unas reñidas elecciones que terminaron con una ajustada diferencia de 3,7 puntos, el Partido Colorado garantizó su permanencia en la Presidencia de Paraguay. A diferencia de los anteriores comicios de 2008 y 2013, en los que triunfaron candidatos provenientes de fuera de la política tradicional, las últimas elecciones generales tuvieron como principales protagonistas a dos políticos de trayectoria. Mario Abdo Benítez, el nuevo presidente, se crió en el círculo íntimo del dictador Alfredo Stroessner. Su plataforma política estaba plagada de consignas electorales. Pero sus planes de gobierno son inciertos.

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El perfil del nuevo presidente

Mario Abdo Benítez, más conocido como «Marito», es hijo del conocido secretario privado de Alfredo Stroessner del mismo nombre, que cayó en desgracia tras el derrocamiento del dictador. Si bien su vida transcurrió siempre muy vinculada al Partido Colorado, Marito inició su incursión más activa en política recién en el año 2006, en las elecciones internas (o primarias) de ese partido. En esa oportunidad, logró ser elegido como miembro de la Junta de Gobierno, el órgano máximo de conducción de los colorados. Para esos comicios internos, Marito conformó un movimiento con el nombre «Paz y Progreso», lema utilizado por Stroessner durante su régimen, en compañía de su amigo Alfredo «Goli» Stroessner, nieto del derrocado dictador.

Tras el triunfo de Fernando Lugo en 2008 y el consecuente desplazamiento del Partido Colorado de la Presidencia del país luego de 60 años ininterrumpidos en el poder, Marito jugó un rol activo en la rearticulación partidaria. Ocupó la Vicepresidencia de esa organización hasta 2011 y, para las elecciones internas partidarias de finales de 2012 de cara a las elecciones generales de 2013, conformó un movimiento independiente para competir por un lugar en la lista partidaria para el Senado. En esa ocasión, apoyó la postulación de Horacio Cartes, pero corrió con una lista separada. Los resultados le fueron favorables y así accedió primero a la lista oficial del partido y luego al Congreso Nacional.

En 2015, una vez iniciada la campaña para la elección de autoridades del Partido Colorado, Marito se distanció del presidente Cartes. En esa oportunidad, Cartes no dio apoyo a su candidatura y promovió la postulación del diputado Pedro Alliana, quien terminó convirtiéndose en presidente del partido. Pese a la derrota, Abdo Benítez continuó organizando la oposición interna del Partido Colorado y logró convertirse en presidente del Congreso en 2015, cargo desde el cual articuló una fuerte oposición contra los proyectos del presidente Cartes. Uno de los puntos álgidos de esta diputa se dio con el intento de introducir la reelección presidencial por la vía de la enmienda impulsado por el propio Cartes, lo que derivó en los fatídicos sucesos de marzo de 2017.

Marito volvió a confrontar con Cartes en las elecciones internas partidarias de diciembre de 2017, para la elección del candidato a presidente de la República del Partido Colorado. Esta vez, compitió con el ex-ministro de Hacienda, Santiago Peña, y logró imponerse como ganador. En esta contienda electoral tuvo que confrontar a un presidente en funciones, con el manejo de toda la estructura del Estado, además de una inmensa fortuna. Si bien la disputa fue promocionada como una lucha entre David y Goliat, Marito gozó de un importante respaldo. Recibió un fuerte apoyo de sectores adversos a Cartes y contó además con una importante fortuna particular de soporte, al igual que la mayoría de los herederos del stronismo.

Los resultados: una mirada general

Los resultados de estas elecciones presidenciales fueron, sin dudas, los más ajustados en los casi 30 años de democracia en Paraguay. Si bien compitieron 10 candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia de la República, la elección estuvo polarizada entre Marito, candidato del Partido Colorado, y Alegre, postulado por la Alianza Ganar, conformada por el Partido Liberal y el progresista Frente Guasú. Según indican los resultados provisorios difundidos por el Tribunal Superior de Justicia Electoral, mientras el primero se hizo con 46,44% de los votos, el segundo alcanzó el 42,74%. En número absolutos, la diferencia fue sólo de 96.000 votos.

La justicia electoral también adelantó algunos resultados provisorios para las listas de gobernadores y senadores, en los cuales también se constata un triunfo colorado.

El Partido Colorado triunfó en 13 de las 17 gobernaciones del país, lo que representa un aumento en comparación con las 12 ganadas en las elecciones de 2013. De esta forma, los colorados lograron mantener la administración de 10 gobernaciones y sumar tres más, a la vez que perdió dos antiguamente bajo su poder.

En el Senado, los colorados se hicieron con 17 de las 45 bancas, una banca menos que en las elecciones anteriores, mientras que los liberales quedaron con 13 bancas, lo que representa el mismo número obtenido en 2013. Por su parte, el Frente Guasú, encabezado por Fernando Lugo, logró aumentar su fuerza parlamentaria y pasó de cinco a seis bancas, lo que le permite consolidarse como la tercera fuerza en el Senado. El derechista Partido Unión Nacional de Ciudadanos Éticos, del fallecido general Lino Oviedo, perdió una de las dos bancas obtenidas en 2013, a la vez que el Partido Democrático Progresista quedó con dos de las tres bancas logradas en las elecciones pasadas.

Además de los partidos ya mencionados, otras fuerzas políticas que estaban fuera del Congreso lograron acceder al Senado para el próximo periodo legislativo. En primero lugar, el conservador Partido Patria Querida, que había quedado fuera del Senado en las elecciones pasadas, volverá a la Cámara ocupando tres escaños. El nuevo partido Hagamos, liderado por el comediante y concejal capitalino Tony Apuril, se estrenó en sus primeras elecciones obteniendo dos bancas; mientras que el polémico abogado Paraguayo «Payo» Cubas logró acceder también a una banca con su movimiento Cruzada Nacional.

Otro aspecto para tener cuenta en estas elecciones para el Senado es su baja composición de mujeres, con solo ocho de 45 senadores. Además, puede observarse un alto grado de reelección de congresistas, ya que 22 de los 45 antiguos senadores que permanecerán en la Cámara. Sin embargo, al ser provisorias, estas cifras pueden presentar algunas variaciones tras el escrutinio oficial de actas.

Las perspectivas

Las perspectivas futuras del nuevo gobierno de Mario Abdo Benitez resultan todavía algo inciertas. Pese a que en sus dos campañas, para las elecciones internas y luego para las generales, presentó muchas de sus ideas y propuestas, resulta difícil discernir entre las meras consignas electorales y los efectivos planes de gobierno.

En las internas partidarias, Marito fustigó muchas de las medidas emprendidas por el actual presidente, criticó el acelerado endeudamiento a través de la emisión de bonos soberanos y calificó como deficientes las políticas sociales del gobierno destinadas a los sectores más vulnerables. Incluso llegó a criticar duramente al presidente Cartes por la utilización de su posición para facilitar la ampliación de sus negocios, acusándolo de garrapata del Estado.

No obstante todo lo mencionado, una vez elegido candidato del partido sus discursos se corrieron hacia un terreno más conservador y menos enfocado en la gestión eficiente del Estado. De esta forma, sus propuestas giraron en torno del fomento del Servicio Militar Obligatorio como espacio de educación para la juventud paraguaya, además del combate contra las demandas de sectores feministas y organizaciones promotoras de los derechos de personas homosexuales.

Sin embargo, más allá de todas estas consignas y propuestas, parecería que el principal desafío de Marito estará centrado en la construcción de gobernabilidad. Esto debido a que, aunque logró derrotar a Cartes en las internas partidarias, este lidera el movimiento interno más importante dentro del partido, con mayor número de senadores y gobernadores colorados. Además de este frente interno, Marito deberá lidiar con una Cámara de Senadores con minoría colorada, con un Partido Liberal que se mantiene en números y con un bloque progresista como el Frente Guasú, que se consolida como la tercera fuerza para el próximo periodo.



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