Opinión
febrero 2017

La disputa por la reelección presidencial en Paraguay

Estrategias, actores y desenlaces posibles

El presidente paraguayo Horacio Cartés apuesta a modificar la constitución para habilitar un segundo mandato. No es el único político del país interesado en ello.

<p>La disputa por la reelección presidencial en Paraguay</p>  Estrategias, actores y desenlaces posibles

Siguiendo los pasos de los presidentes electos que lo antecedieron, el mandatario paraguayo Horacio Cartes se encuentra en abierta campaña por la obtención de su reelección presidencial. Desde octubre del año pasado, tras una decisión mayoritaria adoptada por el Partido Colorado en su convención, el sector oficialista de esta agrupación se encuentra desarrollando una estrategia de articulación de fuerzas que le permita generar los cambios legales e instituciones para tal efecto.

Pese al importante rol que juega Horacio Cartes en esta estrategia, no es el único actor político interesado en lograrla. Tanto el derrocado ex presidente Fernando Lugo, como el ex presidente colorado Nicanor Duarte Frutos, ven favorablemente un cambio normativo que habilite la reelección presidencial en el sistema político paraguayo. El primero de los mencionados es quizás el más activo en esta línea. El mismo, desde inicios del gobierno de Cartes, sugiere cada vez con mayor intensidad una probable candidatura presidencial para las elecciones de 2018. En sus inicios, para esto, Lugo se amparó en una interpretación diferente de la normativa vigente; la cual, según su criterio, le permitiría una nueva candidatura a la presidencia de la República.

Sin embargo, Horacio Cartes, con la decidida embestida en pos de su reelección, terminó imponiendo la vía de la enmienda constitucional para lograrla. Este camino ya había sido propuesto por Nicanor Duarte Frutos durante su mandato (2003-2008), pero sus intentos no pudieron franquear a la fuerte oposición surgida en el Congreso, en donde no contaba con la mayoría requerida. Al igual que Nicanor, Cartes no cuenta con mayoría propia para lograr su cometido, lo cual le obliga a tejer alianzas para conseguirlo.

La reelección y sus bandos

Actuando de forma decidida para la obtención de la enmienda constitucional y la incorporación de la figura de la reelección presidencial a la Carta Magna, Horacio Cartes ha logrado ponerse en el centro de la arena política paraguaya. Así, no solo consiguió marcar la actual agenda política paraguaya –dejando en un segundo plano los debates sobre su gestión–, sino también consiguió constituirse en el eje articulador de la actual coyuntura.

En la búsqueda por componer una mayoría parlamentaria que le permita impulsar la enmienda y hacer efectiva la reelección, Cartes opera actualmente en una configuración de actores que, aunque enfrentados de cara a las elecciones de 2018, articulan acciones a favor o en contra de la movida reeleccionista en curso. De esta forma, su primer logro fue conseguir partir en dos mitades a cada uno de los espacios de articulación más importantes de la escena política actual: el Partido Colorado, el Partido Liberal y la izquierda.

Dentro del Partido Colorado, se agrupan a favor de la reelección el Movimiento Honor Colorado, sector de mayor peso y liderado por Cartes, además del Movimiento Progresista Colorado, sector actualmente minoritario y dirigido por el ex presidente Nicanor Duarte Frutos. Mientras que se opone a ella el Movimiento Colorado Añete («verdadero colorado» en lengua guaraní), liderado por el senador Mario Abdo Benítez. Tanto Duarte Frutos como Abdo Benítez tienen intenciones de postularse a la presidencia de la República en las próximas internas de su partido; por lo cual, el primero busca su habilitación para tal efecto, mientras que el segundo persigue sacar de carrera a sus adversarios internos.

También se encuentra dividido el Partido Liberal, cuyos tres principales sectores internos se articulan a uno u otro lado de las posiciones en torno a la reelección. El Movimiento 2018, liderado por el actual presidente del partido y candidato presidencial liberal en 2013, Efraín Alegre, tiene una firme posición contraria a la reelección. Se suma a esta posición la tercera fuerza de su partido, el Movimiento Cambiemos, liderado por Salyn Buzarquis. En el lado opuesto a los mencionados sectores, se encuentra el principal movimiento opositor, denominado Equipo Joven, liderado por el Senador Blas Llano. Habiendo perdido Llano la presidencia del partido, su apuesta fue apoyar a una nueva alianza con Fernando Lugo, con el fin de repetir la victoriosa articulación que llevó al ex obispo a la presidencia con apoyo de los liberales.

En lo que se refiere a la izquierda, el sector se encuentra mucho más fragmentado que los partidos tradicionales, por lo que no puede hablarse de una sola organización. Sin embargo, las diferentes fuerzas de la izquierda paraguaya, con sus distintos matices y posiciones, conforman en la actualidad un espectro que se constituye en la tercera fuerza política del país. Dentro del mismo, las posiciones también se encuentran divididas sobre el tema en cuestión. Así, por un lado, se coloca a favor de la reelección del ex presidente Lugo y todos sus seguidores, dentro y fuera del Frente Guasú. Mientras que, por el otro, se oponen a la reelección el actual Intendente de Asunción, Mario Ferreiro, y sus seguidores articulados en la concertación Avanza País.

De esta forma, las movidas políticas en torno a la reelección a través de la enmienda operan en una configuración de actores que, aunque enfrentados de cara a las elecciones de 2018, articulan acciones a favor o en contra de la movida reeleccionista en curso.

Desenlaces posibles

En un escenario en el que la reelección presidencial se logre, las perspectivas de cara a la contienda electoral de 2018 auguran un panorama de extremas polarizaciones, en el cual Horacio Cartes y Fernando Lugo serían los principales exponentes. En estas condiciones, Cartes afianzaría su poder dentro de su partido, consolidaría su control sobre el aparato partidario, a la vez que heriría de muerte a los sectores internos opositores, reduciendo sus chances de victoria. Por su parte, Fernando Lugo sería el claro candidato de la oposición, con nuevas chances de triunfo y con una alianza con la oposición interna del Partido Liberal, asestando un duro golpe a su oficialismo. De esta forma, acusaría el golpe el actual presidente liberal, Efraín Alegre, así como la izquierda articulada en torno al actual intendente de la capital, Mario Ferreiro. Ambos referentes, que se encuentran analizando las posibilidades de una chapa presidencial conjunta, verían reducir sus oportunidades enormemente.

Por el contrario, en un escenario en el que la reelección no se logre, las perspectivas podrían cambiar radicalmente, en comparación a la configuración del escenario político actual. Como ha sucedido con la mayoría de los ex presidentes paraguayos desde el inicio de la transición a la democracia en 1989 –exceptuando quizás el caso de Lugo, que pudo acceder a una banca en el Senado en el periodo posterior a su derrocamiento–, los ex presidentes irán perdiendo fuerza al verse vetada su participación política-electoral. En tal sentido, podría afirmarse que la ausencia de reelección presidencial en el Paraguay generó un sistema político que proscribe a sus más destacados liderazgos, una vez que estos hayan alcanzado el máximo escalafón de política: la Presidencia de la República. A partir de lo señalado, la imposibilidad para Cartes de una nueva candidatura, reduciría sus chances para designar al próximo candidato colorado. Si lo lograse, significaría un importante esfuerzo y desgaste político. Mientras que, si no, su derrota podría significarle el completo desplazamiento del poder. En lo que respecta a la oposición, la ausencia de Lugo entre los presidenciable abriría un nuevo panorama de oportunidad para la alianza entre Efraín Alegre y Mario Ferreiro. En tal sentido, sumado a la posibilidad de un coloradismo debilitado por las fricciones internas, el ensayo de una nueva alianza entre los liberales y la izquierda podría llevar a ver un resultado victorioso y un nuevo desplazamiento del Partido Colorado del poder.

En definitiva, más allá de las proyecciones posibles que puedan ser trazadas, el desenlace de este encono político-institucional tendrá lugar en los próximos días. No obstante, aunque la reelección presidencial parecería estar más cerca que nunca, su resultado sigue incierto. De la misma forma que serán las implicancias que ésta tendrá para el sistema político paraguayo en su conjunto.



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