
La emergencia de la República Popular China como gran potencia global reconfiguró las relaciones del poder mundial y confirmó la reorientación de los flujos comerciales y financieros mundiales hacia el Pacífico norte. En ese marco, el país asiático cobró una enorme importancia para América Latina y el Caribe, especialmente en virtud de su gran demanda de commodities. ¿Se trata de una relación win-win (en la que todos ganan) o más bien de un «neocolonialismo por invitación»? ¿Contribuye China a la reprimarización de la economías o es el socio de la modernización regional?