Haití vivió estos días un amotinamiento social producto de la suba de los combustibles reclamada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que derivó en una crisis política y en la renuncia del primer ministro Jack Guy Lafontant. Sin haberse recuperado del terremoto de 2010, que destruyó buena parte de las infraestructuras, el país sigue sometido a una elite corrupta y a la crónica inestabilidad política y social.