Pocos imaginaron que la vicepresidenta estadounidense, con una gestión de bajo perfil, podría encarnar el «shock narrativo» desplegado en la Convención demócrata tras el paso al costado de Joe Biden. Con una campaña que habla de libertad y futuro, Harris enfrenta el discurso apocalíptico de Donald Trump. No sin tensiones internas, sobre todo las referidas a la guerra en Gaza, el masivo y diverso cónclave de Chicago fue una suerte de Super Bowl demócrata.