La pandemia de Covid-19 genera diversos efectos negativos sobre la economía cubana. Pero a diferencia de los oscuros momentos de la década de 1990, el sector privado y cooperativo conjugan volumen y sofisticación. Para avanzar en las reformas, el país debe reconciliarse con un entramado social heterogéneo que le permita desatar el potencial emprendedor de la población cubana. Al mismo tiempo, existe el desafío de adaptar el viejo sistema de protección social a la nueva realidad.