Tema central

Reconfiguraciones políticas en Costa Rica
Del bipartidismo a la fragmentación


Nueva Sociedad 300 / Julio - Agosto 2022

El triunfo del economista Rodrigo Chaves en las elecciones presidenciales costarricenses de 2022 es el resultado de un largo proceso de atomización del sistema de partidos, crecimiento de la abstención y emergencia de nuevos tipos de liderazgos por fuera de las fuerzas tradicionales. Pese a las denuncias por acoso sexual, este ex-funcionario del Banco Mundial logró ganar las elecciones con un programa «antipolítico» que captó parte de las frustraciones de la ciudadanía.

Reconfiguraciones políticas en Costa Rica  Del bipartidismo a la fragmentación

Introducción

Los resultados electorales de Costa Rica en 2022 fueron sorprendentes en virtud de la historia de estabilidad democrática y bipartidismo que caracterizó al país durante las décadas de 1980 y 1990. No obstante, desde 1998 el sistema político y sus actores han venido transformándose de manera paulatina. Entre los cambios más importantes, se puede observar el crecimiento de la abstención, el surgimiento de nuevos partidos políticos (algunos con importantes resultados electorales) y el paso de una competencia bipartidista a una pluralista1. Adicionalmente, la reciente elección presidencial parece alinearse con otros liderazgos conservadores que se observan en el continente y en parte del mundo: el nuevo presidente Rodrigo Chaves se postuló por un partido nuevo, el Partido Progreso Social Democrático (ppsd), y su campaña estuvo marcada por las denuncias y sanciones por acoso sexual contra el candidato en el pasado reciente. El nuevo mandatario combina una clara tendencia conservadora en lo social con una liberal en lo económico, las cuales, sumadas a su estilo confrontativo, recordaron a presidentes como Donald Trump, Jair Bolsonaro o Nayib Bukele.

Los procesos electorales se han ido convirtiendo cada vez más en momentos de tensión, con una mayor cantidad de partidos políticos inscriptos y un recambio cada vez más rápido de liderazgos y de partidos. En este contexto, las características de las propias candidaturas se ven también modificadas debido a las nuevas condiciones políticas, culturales y sociales del país y de la región. Los datos de las encuestas han permitido cartografiar el aumento del malestar con la política y la fluidez de los apoyos a los partidos en las diferentes campañas electorales. 

Este escenario nos deja muchas preguntas y nos convoca como cientistas políticos a entender el fenómeno –con la dificultad de explicarlo mientras se desarrolla– y a actualizar investigaciones anteriores que han monitoreado los cambios del caso costarricense2, así como aquellas que han alertado sobre las fuertes posibilidades de que se elija a un líder populista3. Estas investigaciones han generado un acervo de información importante sobre el cambio en el sistema de partidos y sus consecuencias para la democracia. La realidad actual en la que se desenvuelve la democracia costarricense no es la misma que la de la época del bipartidismo: hay numerosos partidos políticos (nuevos y tradicionales), con posiciones ideológicas polarizadas y una baja participación ciudadana (aumento del abstencionismo), que además es heterogénea a lo largo del territorio.

Asimismo, es importante tener en cuenta las crecientes desigualdades socioeconómicas del país y las claras diferencias que existen entre el Valle Central y las zonas costeras y fronterizas, que afectan las percepciones ciudadanas sobre la democracia, la participación electoral y el ejercicio político4. Tener esto en cuenta es clave para las secciones que siguen.

Los partidos y el sistema político

Uno de los cambios más importantes en la competencia electoral costarricense –en la que solo los partidos pueden representar a la ciudadanía en puestos de elección popular– se vincula con el surgimiento del Partido Acción Ciudadana (pac) y el Movimiento Libertario (ml), pues la emergencia de estas fuerzas políticas constituye el principio de quiebre del bipartidismo tradicional entre el Partido Liberación Nacional (pln) –una agrupación originalmente socialdemócrata que fue volviéndose de centro– y el Partido Unidad Social Cristiana (pusc), que evolucionó hacia tendencias liberal-conservadoras. El pac y el ml disputan el poder con las formaciones tradicionales y obtienen resultados electorales importantes en los niveles municipal y legislativo, y posteriormente –en el caso del pac– en el Poder Ejecutivo. 

En las elecciones más recientes participan candidaturas que evidencian nuevas rupturas en los actuales partidos, así como ofertas outsider, lo que dio lugar a una atomización de la oferta electoral. Sin embargo, como veremos más adelante, esto no implica que haya aumentado la participación, lo que conlleva un mayor fraccionamiento del sistema de partidos. La mayoría de estas opciones políticas se concentran en el centro o centroderecha del espectro ideológico, con pocas opciones –con apoyo electoral– ubicadas en la centroizquierda. De estas últimas, el caso más importante es el del Frente Amplio (fa), que en algunos momentos ha obtenido buenos resultados en los niveles municipal y legislativo –en la elección de 2022 consiguió seis escaños–. El resto se divide entre opciones del centro a la derecha, con posiciones más o menos progresistas en el plano cultural.

A pesar de que los partidos nuevos surgidos a partir de 1998 lograron resultados electorales importantes, estos no necesariamente se sostuvieron en el tiempo ni fueron homogéneos en el territorio. El componente organizativo de estos partidos ha sido el principal reto que han enfrentado, lo que desde la teoría clásica de partidos políticos ha sido ampliamente señalado: «el proceso de formación de un partido es, en la mayoría de los casos, un proceso complejo y consistente a menudo en la aglutinación de una pluralidad de grupos políticos, a veces incluso fuertemente heterogéneos»5. Otra característica que se observa en las novedades partidistas es que se trata de partidos de «penetración territorial», es decir que surgen y se mantienen en el centro y desde ahí intentan arraigar en el territorio6. Reproducen así la dinámica que desde las zonas costeras y fronterizas ha sido tan criticada en el caso de los partidos tradicionales debido a su alejamiento de esas áreas.

A partir de 2014, con el triunfo de Luis Guillermo Solís, candidato del pac, como presidente en segunda vuelta electoral7, se produce la consolidación del pluralismo limitado. La campaña evidenció una gran volatilidad de la intención de voto y el resultado mostró una alta competitividad electoral. El pac, que hizo del discurso contra la corrupción uno de sus ejes, se estrenó en el poder con una Asamblea Legislativa altamente fragmentada y sin mayoría, lo que constituía una coyuntura novedosa para Costa Rica.

La campaña electoral 2017-2018 se llevó adelante en medio de una crisis fiscal, que fue causa de una fuerte pérdida de popularidad del partido en el gobierno. Esto se vio reflejado en el reducido respaldo electoral para el nuevo candidato del pac, Carlos Alvarado, con tan solo 5% según las encuestas del Centro de Investigación y Estudios Políticos (ciep) en diciembre de 2017. La intención de voto a inicios de la campaña favorecía al pln y al pusc, con 25,2% y 11,5% respectivamente, y el porcentaje de indecisos superaba el 40%.En este contexto, el 9 de enero, tres semanas antes de las elecciones, se hizo pública la opinión consultiva de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que, con carácter vinculante, exigió al Estado costarricense tomar medidas para reconocer los mismos derechos patrimoniales para las parejas del mismo sexo. Este evento dividió a la opinión pública. De inmediato, las posiciones del electorado y los partidos comenzaron a alinearse alrededor de sus perspectivas respecto al «matrimonio igualitario». Ya en ese momento habían surgido en la campaña otros candidatos de corte populista, que habían contribuido a la polarización de las posiciones políticas de los costarricenses. Sin embargo, el efecto de la opinión consultiva en contra de los derechos de las diversidades sexuales catapultó a Fabricio Alvarado, candidato del Partido Restauración Nacional (prn), un partido cristiano y populista8. La reacción progresista frente a esta emergencia funcionó como una ventana de oportunidad que fue aprovechada por el candidato del pac. Ambos «Alvarados» –Fabricio, el evangélico, y Carlos, del pac– pasaron a la segunda vuelta, donde finalmente se impuso el candidato del pac, lo que abrió paso a un segundo gobierno de ese partido. Durante la campaña para la segunda ronda, el pac tuvo que acordar con distintos sectores políticos, entre ellos el pusc y el fa, para lograr la mayoría. En ese sentido, el triunfo de Carlos Alvarado se debió en parte a esas alianzas, pero en un sentido más amplio, al voto «barrera» contra Fabricio Alvarado, un candidato percibido como socialmente reaccionario9.

El segundo mandato del pac fue muy diferente del primero y se dejaron ver las rupturas internas originadas en las diversas posturas ideológicas dentro del partido (entre sectores de centro que tuvieron mayor fuerza durante el primer gobierno y otros más de centroderecha que se fortalecieron en el gobierno de Alvarado), así como las tensiones dentro de las alianzas electorales plasmadas para lograr el triunfo. Algunas figuras importantes del pusc y del fa, que habían integrado inicialmente el gabinete, salieron en momentos críticos, debido a las propuestas de reformas fiscales y de reestructuración del Estado social de derecho. El escaso capital político inicial de Alvarado estaba vinculado a las alianzas, pero también al apoyo de los sectores sociales que coadyuvaron para su victoria y rechazaron las reformas impulsadas por el gobierno, a lo que se sumaría luego la pandemia de covid-19. 

Durante las primarias para la definición de la candidatura para 2021-2022, esa crisis se profundizó y Welmer Ramos surgió como un candidato débil, cercano a los sectores más socialdemócratas del pac. Sin embargo, ese cambio de rumbo ideológico de la candidatura no fue fácil de transmitir a la ciudadanía ni logró evitar el derrumbe electoral del partido.

Surgimiento y triunfo del ppsd

La elección de 2022 mostró un incremento de nuevos partidos, con 11 que participaron por primera vez en un proceso electoral nacional de un total de 25. Entre ellos se encuentra el ppsd, encabezado por Rodrigo Chaves, quien junto con Pilar Cisneros como candidata a diputada por San José logró un resultado inédito para un partido nuevo y se hizo con la Presidencia de la República. 

Chaves se dio a conocer en el país como ministro de Hacienda de Carlos Alvarado en noviembre de 2019, en sustitución de Rocío Aguilar, quien debió renunciar por una sanción interpuesta por la Contraloría General de la República. Antes de iniciar su vida política en Costa Rica, Chaves se había desempeñado como funcionario del Banco Mundial en varios puestos de dirección, incluido el de director país en Indonesia, una de las sedes más grandes del banco en la región Asia-Pacífico10.

Chaves estuvo poco más de seis meses en el cargo de ministro de Hacienda, en el que se destacó por una serie de propuestas polémicas, entre ellas la idea de tasar con un «impuesto solidario» los salarios mayores a 500.000 colones costarricenses (alrededor de 700 dólares), y por sus enfrentamientos con mandos medios del ministerio. Finalmente, luego de alegar diferencias de estilo entre ambos, el presidente lo cesó de su cargo después de que Chaves pidiera el veto de una ley recientemente aprobada en el Parlamento sobre la inaplicación de la regla fiscal en los gobiernos locales de Costa Rica11.

Una vez apartado de su cargo, Chaves continuó como una figura política dedicada a defender su accionar al frente del Ministerio de Hacienda y a atacar al gobierno de Alvarado por su manejo de las finanzas públicas. A inicios de 2021, se dieron a conocer los esfuerzos de Chaves por encabezar una coalición electoral de oposición, pero esta posibilidad se esfumó a mitad de ese mismo año.

Finalmente, el 7 de julio se oficializó su candidatura presidencial por el ppsd, fundado en 2020 y desconocido hasta ese momento. En su lanzamiento, Chaves afirmó que la campaña debía realizarse «desde liderazgos frescos, honestos, y desde propuestas que realmente atiendan las necesidades de la gente», además de recalcar que tomaba la decisión de presentar su nombre como candidato «porque Costa Rica está en crisis y necesita patriotas para rescatarla (…) Tenemos la sabiduría, valentía y la capacidad para construir un mejor futuro para el país»12. Estas palabras reflejan la tónica de su discurso durante toda la campaña, en el que resaltan elementos propios de su personalidad, su carácter y su discurso «antipolítico», proyectando la imagen de una persona experta en el área económica, con capacidad para la toma de decisiones fundamentales para el país, pero sin antecedentes políticos que puedan comprometerlo con grupos de interés específicos. Junto con esto, su discurso se centró en la «crisis» costarricense y acusó a los gobiernos de los partidos tradicionales (pln y pusc) y a los últimos dos del pac de ser responsables de ella. De este modo, la campaña de Chaves optó por una retórica de corte populista-autoritario, con un discurso centrado en su persona como alguien capaz de enfrentar los grandes retos del país, culpando de la crisis actual a la «clase política tradicional», e indicando que temas ya resueltos podrían ser abordados vía referendo, o incluso negando sentencias previas de la Sala Constitucional y el Tribunal Supremo de Elecciones13. La línea discursiva de Chaves fue asumida también por Cisneros. El papel de la candidata a diputada por San José fue clave en la campaña, pues se logró explotar su imagen para dar a conocer y al mismo tiempo avalar el discurso de Chaves, quien era poco conocido a pesar de su paso por el gabinete del presidente Alvarado. Pese a ser periodista, Cisneros utilizó su capital simbólico para desacreditar a la prensa, tomando una actitud semejante a la del candidato, que hizo rutinarios sus ataques a los medios de comunicación, a los que acusaba de estar al servicio de los poderes fácticos del país para frenar la victoria del postulante del ppsd. El enfrentamiento con la prensa se inició el 30 de agosto de 2021, cuando el periódico La Nación dio a conocer una sanción de 2019 del Banco Mundial contra el entonces funcionario Chaves «por ‘insinuaciones sexuales’ y por un ‘patrón de comportamiento inapropiado no deseado’ entre los años 2008 y 2013», días antes de asumir el Ministerio de Hacienda, tema recalificado por un tribunal interno del Banco Mundial como acoso sexual14. El ppsd intentó desacreditar esta noticia, asegurando que a Chaves nunca se lo sancionó por acoso sexual y que el mismo banco lo había absuelto, pese a que en el expediente se evidenciaba lo contrario.

Tres fueron los puntos explotados por los contrincantes del ppsd: el paso de Chaves por el gobierno de Alvarado, su personalidad autoritaria y las acusaciones de acoso sexual. Sin embargo, no calaron entre la población. Un estudio del ciep determinó que 40% de las personas consultadas consideraba ciertas las acusaciones por acoso sexual contra Chaves, pero 66% señalaba que estas denuncias afectaban poco o nada su intención de voto por el candidato.

La campaña de Chaves se caracterizó, además de por las polémicas con la prensa, por la forma en que el candidato se expresaba en entrevistas y debates, denotando una actitud confrontativa y una personalidad autoritaria. Así, por ejemplo, afirmaba su intención de gobernar vía decreto en áreas que corresponden en exclusividad al Poder Legislativo, o de celebrar referendos para diversos temas para los cuales este mecanismo no está permitido o está limitado por la legislación costarricense –por ejemplo, derechos humanos, impuestos y pensiones–15.

Desde el anuncio de la candidatura de Chaves en julio de 2021 hasta el mes de febrero de 2022, el ppsd nunca encabezó la intención de voto en las encuestas, pero sí mostró una tendencia al alza en el mes de diciembre, cuando se consolidó en la segunda ronda. Durante la campaña previa al balotaje, el ppsd estuvo a la cabeza de los sondeos durante los casi dos meses de campaña. 

El ppsd quedó en segundo lugar en las presidenciales, lo que le permitió disputar el balotaje contra el pln, y se ubicó como la segunda fracción de la Cámara de Diputados con un total de diez escaños, la cifra más baja de una fracción oficialista en la Asamblea Legislativa (igual a la obtenida por el pac en el periodo 2014-2018).


Los resultados obtenidos por el ppsd se dieron pese a diversos cuestionamientos. Además de la denuncia de acoso sexual contra Chaves, el partido fue acusado de manejar una estructura paralela de financiamiento para gastos propios de la campaña y del partido político, figura prohibida por la legislación costarricense. En este caso, se comprobó la existencia de un fideicomiso privado para recibir donaciones de personas físicas y jurídicas sin pasar por el control de las autoridades electorales, y un segundo caso de manejo de dinero para gastos electorales en una cuenta privada de la asistente personal de Chaves16. El ppsd también fue cuestionado por la sobreexposición de la candidata a la diputación por San José: la imagen de Pilar Cisneros aparecía en diversos spots y vallas publicitarias, sin que fuera candidata, en otras circunscripciones electorales, lo que generó confusión en el electorado17. Además, se cuestionó a la agrupación por la carencia de cuadros políticos y técnicos adecuados para los distintos cargos en caso de llegar al Poder Ejecutivo, algo que el mismo Chaves negó, si bien indicó que para la conformación de su gabinete convocaría a personas de distintas fuerzas políticas. Pese al triunfo impulsado por los personalismos de Chaves y Cisneros, quedan dudas sobre la capacidad organizativa del ppsd y su penetración en el territorio. Este aspecto será evaluado en las elecciones municipales: este partido participará por primera vez en comicios locales históricamente dominados por el pln.

Indicadores del sistema de partidos

Desde 2011 se comenzó a percibir el cambio en el sistema de partidos a través del análisis del abstencionismo que se venía observando desde varios años atrás18. Posteriormente, junto con el pluralismo limitado, se evidencia una etapa de nueva estabilidad que se mantiene hasta 2018, cuando vuelve a aumentar la abstención. Esa tendencia se mantiene en 2022 con el porcentaje más alto en una primera vuelta observado hasta la fecha (40,29%). El debate sobre la baja participación en la elección se contrapone a la gran cantidad de candidaturas para la Presidencia, muchas de ellas nuevas o producto de transfuguismo desde otros partidos. Pese a este aumento en el número de partidos políticos, las encuestas muestran un apoyo ciudadano menguante. En noviembre de 2021, a un mes de iniciada la campaña electoral, el promedio de evaluaciones dado a los partidos por el ciep era de 3,6 (en una escala de 0 a 10), lo que los mantenía en el lugar de las instituciones peor evaluadas en el país. Además, la afiliación partidaria muestra niveles históricamente bajos, con solo 23% de personas que indica simpatizar con una fuerza política.


La baja participación electoral no es un dato azaroso. Muestra claramente la creciente apatía política que existe en Costa Rica. Los datos reflejan que, a pesar de la gran cantidad de candidaturas, no hay discursos o propuestas capaces de atraer nuevamente a la ciudadanía a las urnas. Las encuestas postelectorales del ciep evidencian que quienes se abstienen toman decisiones estratégicas con respecto a su participación, es decir que la apatía no es respecto de la política sino de la oferta de la política electoral, y que el electorado que participa o se abstiene de votar no siempre es el mismo. Con respecto a la cantidad de partidos políticos o fragmentación del sistema, se utiliza analíticamente un indicador denominado «número efectivo de partidos» que permite conocer, más allá de la cantidad de opciones, el peso electoral de estas, para de ese modo plantear categorías19. Los datos de 2022 son claramente dispares de la tendencia que se venía observando: a partir de 2002, se registra el cambio del bipartidismo a un pluralismo limitado que se mantiene hasta 2018, mientras que en el último periodo electoral el crecimiento de este indicador es de casi el doble de lo observado anteriormente. Un número efectivo de partidos de ocho es un indicador alto de la cantidad de partidos políticos que participan del proceso electoral y obtienen un resultado electoral importante (aunque no siempre se refleje en escaños en el Parlamento). La actual competencia electoral en Costa Rica es de tipo pluralista extremo20, como consecuencia de la atomización.

En síntesis, los cambios recientes en la competencia electoral muestran un escenario de competencia atomizado, con partidos políticos nuevos y fragmentación del voto, sin propuestas que convenzan a la ciudadanía costarricense, y por lo tanto, de baja participación electoral.


Conclusiones

Hasta aquí se ha presentado una aproximación al análisis de la elección 2022 a través de una breve radiografía de los partidos políticos participantes, el sistema de partidos y el contexto electoral. De acuerdo con los datos presentados, se evidencia un nuevo punto de quiebre que no solo se muestra a través del alto número efectivo de partidos y la atomización de la competencia electoral, sino en el resultado en sí mismo.

El contexto electoral dejó a la vista que estos indicadores están acompañados de un resultado que responde a la ola de elección de nuevos liderazgos de tipo populista de derecha, que además representan un ataque directo contra los avances en derechos humanos, específicamente de la diversidad y de las mujeres. Además, se observa una consolidación en el país de propuestas económicas de tipo regresivas y fiscalistas, tanto en el nivel ejecutivo como en el legislativo.

Finalmente, vale la pena reflexionar sobre el nuevo aumento en la abstención, la erosión del apoyo a los partidos políticos y el posicionamiento de la retórica confrontativa como forma de campaña. Decíamos al comienzo que el riesgo populista había sido ya señalado en algunas investigaciones; la evidencia muestra que, a pesar del capital democrático costarricense, la coyuntura 2022 permitió que eso sucediera. Las primeras semanas del actual gobierno reafirman algunas de las preocupaciones señaladas: el presidente Chaves ha intentado imponer posiciones mediante decretos presidenciales que, por ejemplo, eliminaron el uso de mascarillas e intentaron abolir la obligatoriedad de las vacunas contra el covid-19 en el sector público. Con respecto al tema de derechos sexuales y reproductivos, el gobierno impulsa una alianza con diversas iglesias para revisar una norma técnica que regula el aborto terapéutico, que después de mucho esfuerzo del movimiento de mujeres y feminista se puso en marcha durante el gobierno anterior. En poco tiempo, hay múltiples señales de que la propuesta de gobierno de Chaves se consolida en la vía de un conservadurismo de derecha.

  • 1.

    M.J. Cascante: «Costa Rica. Los cambios en el sistema de partidos costarricense: viejos y nuevos actores en la competencia electoral» en Flavia Freidenberg (ed.): Los sistemas de partidos en América Latina 1978-2015. México, América Central y República Dominicana, INE / UNAM, Ciudad de México, 2016.

  • 2.

    Ciska Raventos Vorst, Facio Fournier, Vinicio Marco, Diego Fernández Montero y Ronald Alfaro-Redondo: Respuestas ciudadanas ante el malestar con la política: salida, voz y lealtad, Instituto de Formación y Estudios en Democracia (IFED) / Universidad de Costa Rica (UCR), San José, 2011; Jorge Rovira Mas: «¿Se debilita el bipartidismo?» en J. Rovira: La democracia de Costa Rica ante el siglo XXI, UCR, San José, 2001; J. Rovira Mas: «El sistema de partidos en devenir» en J. Rovira Mas: Desafíos políticos de la Costa Rica actual, UCR, San José, 2007; Mitchell A. Seligson: «¿Problemas en el paraíso? La erosión en el apoyo al sistema político y centroamericanización de Costa Rica 1978-1999» en J. Rovira Mas: La democracia de Costa Rica ante el siglo XXI, cit.; Fernando Sánchez: «Cambio en la dinámica electoral en Costa Rica: un caso de desalineamiento» en América Latina Hoy No 35, 2003; F. Sánchez: Partidos políticos, elecciones y lealtades partidarias en Costa Rica, Ediciones Universidad de Salamanca, Salamanca, 2007; M.J. Cascante: «Costa Rica. Los cambios en el sistema de partidos costarricense», cit.

  • 3.

    R. Alfaro-Redondo, M.A. Seligson y Elizabeth Zechmeister: Cultura política de la democracia en Costa Rica y en las Américas 2014. Gobernabilidad democrática a través de 10 años del Barómetro de las Américas, Programa Estado de la Nación, San José, 2015; M.J. Cascante y Mónica Lara Escalante: «Intolerancia y desafección: transformaciones en el sistema de partidos en Costa Rica, 1953-2018» en Sebastián Mantilla (ed.): Los partidos políticos en América Latina: ideología y estructura de la competencia, CELAEP / Hanns-Seidel-Stiftung, Quito, 2020.

  • 4.

    M.J. Cascante, Steffan Gómez Campos y Sharon Camacho: «Perspectivas territoriales de la competencia partidista» en R. Alfaro-Redondo y Felipe Alpízar Rodríguez (eds.): Elecciones 2018 en Costa Rica: retrato de una democracia amenazada, PEN, San José, 2020.

  • 5.

    Angelo Panebianco: Modelos de partido. Organización y poder en los partidos políticos, Alianza, Madrid, 2009.

  • 6.

    Ibíd.

  • 7.

    En unas primarias altamente competitivas, Solís logró desbancar al fundador y candidato habitual Ottón Solís.

  • 8.

    Adrián Pignataro e Ilka Treminio: «Reto económico, valores y religión en las elecciones nacionales de Costa Rica 2018» en Revista de Ciencias Políticas vol. 39 No 2, 2019.

  • 9.

    M.J. Cascante y Priscila Vindas: «Introducción. Elecciones 2018 en Costa Rica» en M.J. Cascante (coord.): Los límites de la democracia costarricense. Perspectivas feministas de la elección 2018, UCR / Centro de Investigación y Estudios Políticos, San José, 2019.

  • 10.

    Francisco Ruiz León: «Rodrigo Chaves: de ministro desconocido a presidente de Costa Rica» en El Financiero, 3/4/2022.

  • 11.

    María Fernanda Cisneros: «Rodrigo Chaves renuncia como ministro de Hacienda por diferencias con el presidente Carlos Alvarado en el veto a municipalidades» en El Financiero, 28/5/2020; Carlos Mora: «¿Quién es Rodrigo Chaves, el nuevo presidente de la república?» en Crhoy.com, 8/5/2020.

  • 12.

    Cit. en Wendy Pérez: «Rodrigo Chaves anuncia su candidatura a la presidencia con el Partido Progreso Social Democrático» en Elmundo.cr, 7/7/2021.

  • 13.

    Esteban Arrieta: «Rodrigo Chaves anuncia referendo para quitar las pensiones de lujo» en Larepública.net, 4/1/2022; Arianna Villalobos: «Marco jurídico actual impide propuestas de referendos de Rodrigo Chaves y PSD» en Radios UCR, 24/3/2022.

  • 14.

    Sofía Chinchilla Cerdas y Natasha Cambronero: «Banco Mundial sancionó a Rodrigo Chaves por acoso sexual» en La Nación, 30/8/2021.

  • 15.

    Lucía Molina: «¿Es posible ‘poner a la gente a legislar’ por referendo?» en Semanario Universidad, 14/2/2022.

  • 16.

    Fabiola Pomareda García: «Rodrigo Chaves asegura que fideicomiso de $135.000 existió solo en un periodo previo a la campaña» en Semanario Universidad, 22/3/2022; Natasha Cambronero: «Fideicomiso de Rodrigo Chaves alquiló sede en $5.000 mensuales a sabiendas de que era para partido político» en La Nación, 27/3/2022.

  • 17.

    Cisneros es una reconocida periodista que dirigió por muchos años el noticiero de Televisora de Costa Rica, el medio con mayor penetración a escala nacional. Durante su etapa como directora y presentadora de la edición del mediodía, se caracterizó por sus fuertes cuestionamientos a la clase política y por sus enfrentamientos con los gobiernos de Óscar Arias (2006-2010) y Laura Chinchilla (2010-2014). Pese a que en distintas ocasiones dijo que no se involucraría en política electoral, el 30 de agosto de 2021 se anunció que encabezaría la papeleta legislativa del PPSD en la provincia de San José. W. Pérez: «Pilar Cisneros será candidata a diputada con el Partido Progreso Social Democrático» en Elmundo.cr, 30/8/2021.

  • 18.

    Gracias a C. Raventós Vorst et al.: ob. cit.

  • 19.

    Markku Laakso y Rein Taagepera: «‘Effective’ Number of Parties: A Measure with Application to West Europe» en Comparative Political Studies vol. 12 No 1, 1979.

  • 20.

    Giovanni Sartori: Partidos y sistemas de partidos, Alianza, Madrid, 2005, p. 168.

Este artículo es copia fiel del publicado en la revista
ISSN: 0251-3552
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