NUSO Nº 55 / Julio - Agosto 1981
Intransigencia Peronista (Argentina)
La profunda crisis que vive el país, es el dato central de la política. No hay pensamiento ni propuesta que no parta de la crisis, asumiéndola y asumiéndose como parte de ella. Esta dura realidad, nos abarca y nos condiciona. Pero no nos mimetiza ni debe confundir a opresores con oprimidos, a explotadores con explotados y a agresores con agredidos. Desde el peronismo, cuyo contenido revolucionario, nacional y popular reivindicamos firme y serenamente, se ve con toda claridad que el proceso de disolución nacional comenzó después de la muerte del general Perón, se afirmó con el "rodrigazo" en 1975 y se instauró abiertamente en la República el 24 de marzo de 1976. Una disolución que se profundizó hasta límites insospechados gracias al apoyo entusiasta y militante que las fuerzas armadas brindaron al programa de Martínez de Hoz. Una disolución que arrasó con la estructura productiva, que generó miseria, que corrompió el aparato del Estado y que expolió a los argentinos beneficiando a una minoría de especuladores, generando escándalos nunca vistos y sujetando al país, como nunca, a la dictadura de los monopolios y a los esquemas trilateralistas de división internacional del trabajo.
