Opinión
noviembre 2023

Cómo las mujeres y los jóvenes vencieron al populismo de derecha en Polonia

Los ultraconservadores de Ley y Justicia (PiS) no lograron la mayoría en las elecciones de octubre pasado. La oposición centrista y de izquierda buscará unir sus fuerzas para formar gobierno.

<p>Cómo las mujeres y los jóvenes vencieron al populismo de derecha en Polonia</p>

Los resultados de las elecciones parlamentarias celebradas en Polonia el 15 de octubre de 2023 han sido elogiados como un golpe contra el populismo, pero también pueden aportar importantes lecciones para revertir el declive de la democracia.

En la votación, el conservador y cada vez más autocrático partido Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco), que gobierna desde 2015, obtuvo el mayor número de escaños (35%) en el Sejm polaco, la cámara baja y las más poderosa del Parlamento. Pero estos resultados no fueron suficientes para conseguir formar una mayoría. En su lugar, parece probable que la progresista Plataforma Cívica una fuerzas con Tercera Vía (democristiana) y Nueva Izquierda (izquierda democrática), que obtuvieron en conjunto 54% de los votos.

De ser así, gobernarán como un gobierno liberal y pro-Unión Europea (UE), muy lejos de las políticas de PiS, que durante su mandato atacó la independencia del Poder Judicial, limitó el espacio para la sociedad civil y manipuló los medios públicos de comunicación.

En víspera de las elecciones nacionales, no había garantías de que la política polaca no mantuviera ese rumbo. De hecho, había muchas razones para preguntarse hasta qué punto las elecciones de octubre serían justas. El gobierno de PiS aprovechó los comicios para celebrar simultáneamente un referéndum nacional en el que se pedía a los votantes que respondieran a preguntas sobre inmigración, muros fronterizos, edad de jubilación y venta de activos estatales, cuestiones que suelen unificar a sus partidarios.

El oficialismo también utilizó los medios de comunicación públicos para arremeter contra la oposición. La televisión estatal y los periódicos -que, según los críticos, han dejado de ser pluralistas e independientes en los últimos ocho años-, al igual que las redes sociales, tergiversaron sistemáticamente los hechos y atacaron a la oposición, a menudo con acusaciones extravagantes. Además, el uso de empresas estatales y fondos públicos dio a PiS una «clara ventaja» electoral según los observadores electorales de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

Pero como estudiosa de la sociedad civil en Europa central, no me sorprendieron los resultados electorales. Mi nuevo libro, Activism in Hard Times in Central and Eastern Europe: People Power [Activismo en tiempos difíciles en Europa central y oriental. El poder de la gente], explora el papel que el activismo informal -es decir, la acción individual no organizada de la ciudadanía- puede tener en la política electoral. He aquí cinco factores que contribuyeron al resultado de las elecciones polacas y que podrían tener implicaciones para otros países que se enfrentan a retrocesos democráticos.

1. Los votantes acudieron masivamente a las urnas

Los polacos se tomaron en serio las elecciones. Con una concurrencia a las urnas de casi tres cuartas partes del electorado (74%), la participación no tuvo precedentes en los últimos tiempos. Fue incluso superior a la de las primeras elecciones libres tras la caída del comunismo en 1989. De hecho, fue la mayor participación electoral desde 1919, un año después de la independencia de Polonia.

Parte de la razón de la alta participación fue lo que estaba en juego. Los partidos de la oposición insistieron en que en estas elecciones se jugaba el futuro de la propia democracia polaca, mientras que el PiS presentó los comicios como una opción clara entre una Polonia obligada por la UE a abrir sus fronteras a los inmigrantes ilegales y a adoptar una agenda pro-LGBT+, y un gobierno independiente que proteja las fronteras de Polonia y promueva las tradiciones cristianas. La participación electoral fue clave para la victoria de la oposición.

2. La movilización de las mujeres

Por primera vez en la historia de Polonia, votaron más mujeres que varones. Casi 75% de las mujeres con derecho a voto concurrieron a los centros electorales, lo que representó un aumento de 12% respecto a 2019. En comparación, emitió su voto 73% de los votantes masculinos habilitados. Las elecciones también vieron un número récord de candidatas mujeres (44%) y el mayor porcentaje de mujeres elegidas diputadas (30%).

El aumento del voto femenino se produce tras un periodo de creciente activismo y movilización feminista en Polonia. 

Durante el periodo comunista que terminó en 1989, la participación política de las mujeres no fue significativa. Sin embargo, los gobiernos poscomunistas no proporcionaron a las mujeres los derechos esperados. Por el contrario, cuando el PiS llegó al poder en 2015, Polonia tenía una de las leyes de aborto más estrictas de Europa. Y luego de que las endureciera aún más, las mujeres polacas salieron a la calle. En los últimos años, las mujeres han protestado regularmente por lo que perciben como políticas antigénero de PiS, pero las cosas cambiaron poco -al menos en la superficie-.

Las políticas del gobierno y los continuos ataques a sus organizaciones tuvieron un fuerte impacto en las mujeres polacas, especialmente en las más jóvenes, y las elecciones de octubre les brindaron la oportunidad de expresarse. Un desglose del voto femenino revela que muchas mujeres votaron a partidos de izquierda y de centro como una forma de defender sus derechos, entre ellos la liberalización de las leyes sobre el aborto.

3. La movilización de los jóvenes

La participación electoral de los jóvenes polacos también alcanzó cifras récord, lo que demuestra que, aunque pueda parecer que los jóvenes no están satisfechos con la democracia, muchos de ellos siguen acudiendo a votar. Entre los votantes menores de 29 años, acudió a las urnas 69%, frente a 46% de las anteriores elecciones de 2019, lo que supone un aumento de 22 puntos porcentuales. De hecho, votaron más menores de 29 años que mayores de 60.

Esto se debe en parte a que el gobierno había sido particularmente explícito al hablar contra los derechos LGBT+ y el aborto, temas que importan a los jóvenes. Mientras tanto, los candidatos de la oposición prometieron dar prioridad a la unión civil entre personas del mismo sexo y a la legalización del aborto hasta las 12 semanas.

4. El papel de la sociedad civil

El número de organizaciones de la sociedad civil es solo una forma de medir su fuerza. PiS se esforzó por acotar el espacio para el activismo de la sociedad civil reduciendo la financiación a determinadas organizaciones, lo que provocó un descenso en su número. Pero, como exploro en mi investigación, tales esfuerzos impulsaron simultáneamente el activismo en línea y alimentaron el compromiso político y social de otras formas que a menudo son más difíciles de identificar, como la ayuda a los refugiados, el voluntariado y las iniciativas comunitarias. Viendo las elecciones como un «momento de quiebre», agrupamientos formales e informales visitaron ciudades, se reunieron en parques, organizaron la distribución de panfletos e hicieron todo lo posible para asegurarse de que la población tomara conciencia de lo que estaba en juego en las elecciones.

Expresando su firme oposición al referéndum nacional que se celebró el mismo día de las elecciones, organizaciones de la sociedad civil polaca, como Akcja Demokracja [Acción por la Democracia] y la Asociación Homo Faber, instaron a la población a boicotear la consulta. La mayoría de los polacos (60%) se negó finalmente a participar en el referéndum, por lo que los resultados no son legalmente vinculantes.

5. La economía importa

Gran parte del mandato de PiS en el gobierno ha coincidido con un importante crecimiento económico en Polonia. Esto le ha permitido ofrecer estipendios mensuales a las familias para reducir la pobreza infantil, reestructurar el sistema fiscal para beneficiar a los más pobres e invertir en la Polonia rural.

Sin embargo, a principios de 2023, la inflación de Polonia superaba el 18%. Con los precios de los alimentos subiendo 24% anual y el costo de la vivienda, el gas y la electricidad 22%, los polacos -especialmente los de menores ingresos fijos, muchos de ellos votantes de PiS- se vieron en dificultades para pagar sus facturas. Esto contribuyó a poner a muchos en contra del gobierno. En junio, cientos de miles salieron a la calle con una variedad de reclamos, incluidos los referidos al aumento del costo de vida.

El futuro político inmediato de Polonia está todavía abierto; los años de poder autocrático han dejado su huella. Algunos observadores temen que no se pueda volver a la Polonia prepopulista. Sin embargo, el resultado de las elecciones de octubre debería servir como recordatorio de que el declive de la democracia no es inevitable y puede detenerse.

Nota: La versión original de este artículo en inglés se publicó en The Conversation el 31/10/2023, con el título «Young, Female Voters Were the Key to Defeating Populists in Poland’s Election – Providing a Blueprint to Reverse Democracy’s Decline» y está disponible aquí. Traducción: Pablo Stefanoni.



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