Centroamérica: El Papa en tierra de nadie
Nueva Sociedad 65 / Marzo - Abril 1983
Un dictador adepto a una secta protestante que fusiló a seis personas en vísperas de la llegada del Papa, un conato de atentado comandado por un iraní, una guerra fronteriza que dejó, durante el curso de su visita, un saldo de decenas de muertos, un gobernante que lo recibe con un violento discurso antimperialista: Son algunos de los capítulos de la más insólita, arriesgada y política de las giras papales, la de Juan Pablo II por Centroamérica. Los riesgos que se corrían no eran sólo para el Papa. Llegaba a un continente totalmente desestabilizado, donde el destino de sus naciones parece marchar por el filo de la navaja, con una dualidad de poderes entre los regímenes de derecha y las guerrillas de izquierda, o a la inversa en un país como Nicaragua - con un gobierno de izquierda amenazado por la ofensiva de la derecha. En esta tierra de nadie, un remezón como el que ocasionó la llegada del Papa, con la consecuente conmoción multitudinaria, bien podía inclinar la situación hacia un lado o hacia el otro. En medio del polvorín centroamericano, la visita del controvertido Juan Pablo II parecía una peligrosa mecha.