Hoy en día parece aceptarse como una positiva consecuencia indirecta, del enorme despliegue publicitario en torno a la energía y su encarecimiento, la súbita toma de conciencia sobre la circunstancia inmediata y perspectivas futuras del llamado «hombre medio», vocablo que no diferencia centros ni periferias. Unos sienten reforzado su débil sentimiento de solidaridad social. Otros se sienten embargados por la emoción, un tanto difusa, del poderío propio. En todos parece dominar la impresión de que no es posible seguir viviendo como lo han hecho hasta ahora. En este vértice de perplejidades, o si se prefiere incertidumbres, encajan no pocas preocupaciones de diferente índole; para unos, sobre el paradojal desconocimiento existente sobre los recursos naturales que el país posee, para otros, sobre la racionalidad en que tales recursos se emplean...

1. Desde la época colonial, la explotación de los recursos naturales en los países del tercer mundo, está marcada por los intereses extranjeros, que se han establecido firmemente en esos sectores claves. También el desarrollo de la industria petrolera en América Latina, refleja esta determinación extranjera en un sector que es básico para los procesos de desarrollo. Las implicaciones del control extranjero no se limitan naturalmente sólo a ese sector, por el contrario, influyen frecuentemente de un modo determinante en todos los procesos políticos y económicos de los países latinoamericanos. Desde los inicios de la industria petrolera en la región, se presenta como una parte de las actividades del capital extranjero estrechamente ligado al mercado mundial del sector. En consecuencia, está inserto en las estructuras de dependencia internacional entre países subdesarrollados, empresas extranjeras que operan internacionalmente y países industrializados, lo que caracteriza todo el sector de materias primas. Los esfuerzos de los países subdesarrollados por superar la dominación de los intereses extranjeros en el sector petrolero, representa una parte de los esfuerzos del tercer mundo por eliminar la dependencia y la determinación foránea de sus procesos de desarrollo político y económico.

Analizar el problema energético mundial y muy especialmente el del petróleo, no es posible en el día de hoy sin referirse fundamentalmente a la OPEP, organismo que agrupa a los trece más importantes países exportadores de este vital elemento. El rol político y económico que ha jugado la Organización durante el último año ha traído al conocimiento, ya no solo de los expertos, sino de la opinión pública y del hombre común, la existencia de estos organismos a través de los cuales los países productores de materias primas están presionando para la creación de un nuevo orden económico mundial...

Antes de aparecer el petróleo en su subsuelo, Venezuela fue un país muy diferente al de hoy. La aparición de grandes yacimientos de ese combustible, constituye para Venezuela un hecho de magnitud histórica que influye determinantemente sobre todos los aspectos de la vida de la sociedad venezolana y la transforma profundamente. Partiendo desde 1830, año en que Venezuela se separa de la Gran Colombia, hasta la actualidad, el desarrollo de nuestro país puede dividirse en dos etapas fundamentales: la Venezuela pre-petrolera y la Venezuela petrolera después. Algún día nuestros descendientes o quizá nosotros mismos, viviremos en la Venezuela post-petrolera. Sabemos que esa etapa llegará, pero no sabemos cuándo.

El desarrollo económico de América Latina en los últimos años ha exigido un consumo creciente de energía, especialmente de energía proveniente de petróleo. Por esta razón, el empleo de este recurso ha venido intensificándose, aunque a un ritmo inferior al de los países industrializados. Por dificultades congénitas de producción, los grandes países latinoamericanos han debido satisfacer sus necesidades de petróleo con importaciones provenientes, en algunos casos, de los países vecinos y, en su mayor parte, de fuera del continente. Esta preferencia de los importadores latinoamericanos por el petróleo extracontinental se explica por una serie de razones tales como los precios internacionales, las modificaciones en el costo del transporte, las condiciones de pago, la modalidad de los convenios o arreglos entre exportadores e importadores y la influencia de las empresas internacionales. Por estas razones, entre 1960 y 1970 se constató una disminución constante de la participación de Venezuela en el suministro de petróleo a América Latina, en beneficio de las importaciones provenientes del Medio Oriente. La iniciación de las exportaciones de petróleo del Ecuador, en Agosto de 1972, ha venido a cambiar ligeramente el panorama anterior, ya que sus exportaciones se orientan, en buena parte, a América Latina. En este breve estudio se examinará la contribución ecuatoriana al abastecimiento de petróleo a América Latina y, por lo mismo, al suministro de energía indispensable para el crecimiento económico de la región.

El año de 1971 será llamado el año del gran viraje de la industria petrolera internacional. En efecto, en ese año, la Organización de Países Exportadores de Petróleo consigue en Teherán y Tripoli y, más tarde, en Ginebra, llegar a acuerdos con las Compañías Petroleras en los cuales quedan plenamente garantizados los derechos de los Estados dueños de yacimientos, se reconoce la facultad irrenunciable de cada uno de precautelar sus reservas y se conviene en determinados mecanismos para aumentar la participación fiscal en la producción de petróleo.

Nosotros, los Miembros de las Naciones Unidas: Habiendo convocado un período extraordinario de sesiones de la Asamblea General para estudiar por primera vez los problemas de las materias primas y el desarrollo y considerar las cuestiones económicas más importantes con que se enfrenta la comunidad internacional. ...Proclamamos solemnemente nuestra determinación común de trabajar con urgencia por el establecimiento de un nuevo orden económico internacional basado en la equidad, la igualdad soberana, la interdependencia, el interés común y la cooperación de todos los Estados, cualesquiera sean sus sistemas económicos y sociales, que permita corregir las desigualdades y reparar las injusticias actuales, eliminar las disparidades crecientes entre los países desarrollados y los países en desarrollo y garantizar a las generaciones presentes y futuras un desarrollo económico y social que vaya acelerándose, en la paz y la justicia,...

Vengo de Chile, un país pequeño pero donde hoy cualquier ciudadano es libre de expresarse como mejor prefiera, de irrestricta tolerancia cultural, religiosa e ideológica, donde la discriminación racial no tiene cabida. Un país con una clase obrera unida en una sola organización sindical, donde el sufragio universal y secreto es el vínculo de definición de un régimen multipartidista, con un Parlamento de actividad ininterrumpida desde su creación hace 160 años, donde los Tribunales de Justicia son independientes del Ejecutivo, en que desde 1833 sólo una vez se ha cambiado la Carta Constitucional, sin que ésta prácticamente jamás haya dejado de ser aplicada.

El Decenio Transcurrido un decenio que fue de esperanza para la humanidad, los países en vías de desarrollo han recorrido un largo camino de frustración. El principio de responsabilidad conjunta no ha sido respetado. La adopción de acuerdos satisfactorios se difiere según la conveniencia de un país o grupo de países. A mayor abundamiento, el decenio ha culminado con medidas proteccionistas que entrañan lamentables retrocesos.

Acabamos de realizar la solemne instalación de la Comisión designada por el Decreto N° 10 del 22 de marzo de 1974, para asesorar al Gobierno Nacional en el estudio de todo lo relativo a las medidas a tomar para que el Estado asuma, sin esperar a que culmine jurídicamente el proceso de reversión, el control de la exploración, explotación, manufactura, refinación, transporte y mercadeo de los hidrocarburos. En este día, que se incorpora a la historia de las grandes fechas nacionales, Venezuela inicia la etapa final hacia el dominio soberano y definitivo de su recurso natural fundamental que constituye a la vez la actividad económica esencial, la gran riqueza de la cual depende integralmente la suerte de nuestra Patria.

Caracas 1973, 272 págs. El autor desea presentar en esta publicación algunas ideas que contribuyan al diálogo entre los países del tercer mundo. La cuestión medular de su trabajo son los problemas petroleros en el Medio Oriente, insertos en el marco internacional del petróleo y en especial aquellos relativos a la Organización de Países Exportadores de Petróleo. La publicación da cuenta de la rapidez y complejidad de los acontecimientos en el sector petrolero del Medio Oriente, los cuales no solo implican, para el autor, una carrera contra el tiempo sino, también obstáculos para explícitas líneas claras para el desarrollo petrolero de la región.