
Hoy apreciamos a una clase obrera a la defensiva que no solo debe resistir los embates de los procesos de ajuste neoliberales que se manifiestan y se llevan a cabo sin la menor planificación pública y despojados casi siempre de algún tipo de sensibilidad social, sino que también vela por la defensa de sectores igual o más crudamente agredidos: desocupados, marginales y agredidos.