La región sudamericana ha reaccionado de manera disímil y descoordinada a la pandemia de coronavirus en el marco de un debilitamiento de los mecanismos de integración. Las diferentes estrategias están marcadas por el temor a una crisis sanitaria, los peligros de estallidos sociales por los efectos económicos de las cuarentenas y las carencias institucionales de más larga data de los Estados nacionales. En este marco, muchos miran a China, en busca de apoyo, más que a sus vecinos.