El paquete tecnológico integrado por la soja transgénica, la siembra
directa y su sistema de herbicidas es el mascarón de proa de un
fuerte proceso agroindustrial que desplaza las actividades
agropecuarias, las concentra en
cada vez menos producciones,
promueve un permanente aumento
de escala y prioriza, en función de
los precios globales, muy pocos
commodities, como la soja y el maíz.
Además, la producción de biomasa
con distintos fines (alimentos,
forrajeros, biocombustibles,
biomateriales) ha desplazado la
producción con fines alimenticios,
con efectos negativos sobre la
seguridad y la soberanía alimentarias.