Para comprender el aumento de la violencia en Venezuela, es necesario colocar en el centro del análisis los discursos y las prácticas estatales, en un contexto de caída de los precios petroleros. La inusitada violencia puede ser explicada por el impacto que ha ocasionado el recrudecimiento de la histórica militarización de la seguridad ciudadana, lo que condujo a la mutación de un punitivismo carcelario que abrió paso a una práctica de matanza sistemática. Prácticas como las Operaciones para la Liberación y Protección del Pueblo (OLP) en los barrios populares forman parte del avance de una necropolítica en el país.