Hasta hace poco tiempo, el auge populista de derecha se corporizaba en Alternativa para Alemania (AFD), cuyos votos le permitieron ingresar en parlamentos regionales. AFD pasó del euroescepticismo a un discurso antiinmigración de naturaleza xenófoba. No obstante, el partido parece estar perdiendo apoyo. Esto ocurre en parte debio al endurecimiento de la política migratoria de la canciller Angela Merkel y también a la popularidad del candidato socialdemócrata Martin Schulz, quien pese a haber retrocedido desde su mejor medición reconectó en alguna medida al partido con los «de abajo». Con todo, la migración sigue estando en la agenda y el peligro de la derecha no ha desaparecido.