Las grandes instituciones de investigación científica en México empezaron a crearse en la década de los 70 y alcanzaron su apogeo en los años del «boom» petrolero, período durante el cual fueron otorgadas más de 30.000 becas para estudios de posgrado en el mismo país y en el extranjero. El desarrollo de la investigación científica, sin embargo, ha sido desigual y disparejo, beneficiando principalmente a los centros ubicados en el Distrito Federal y sus cercanías. Todo el esfuerzo de formación de nuevos cuadros no alcanzó a elevar la productividad científica mexicana, cuando las restricciones financieras que sucedieron al «boom» empezaron a afectar al sector. A la caída drástica de las remuneraciones del personal académico de los presupuestos y los auspicios, se sumó el hostigamiento y persecución por motivos ideológicos y políticos, todo lo cual se ha traducido en estancamiento, confusión, desidia, burocratización e inoperabilidad. La situación amenaza con retrasar en forma difícilmente superable todo el desenvolvimiento mexicano en su conjunto.

LA EVOLUCION HISTORICA DE LA CONTAMINACION AMBIENTAL La historia registra la gravedad de los problemas ambientales que se vivieron en Inglaterra a partir de la Revolución Industrial. Los problemas sanitarios eran particularmente graves en las ciudades inglesas a mediados del siglo pasado, en especial en Londres. En parte estos problemas fueron resueltos mediante un avance tecnológico, es decir, con la introducción de sistemas de tratamiento de aguas cloacales. También era considerable la contaminación atmosférica en dichas áreas urbanas. Sin embargo, se trataba de problemas de carácter local y de corto alcance temporal, en el sentido de que los tiempos necesarios para el restablecimiento del equilibrio ecológico inicial podrían suponerse cortos. En efecto, por un lado nadie podía pensar en esa época que el uso del carbón y el considerable aumento del volumen de los procesos industriales iban a afectar el equilibrio de la atmósfera a nivel global, con posibles alteraciones del clima, por otro lado, si alguna causa natural o alguna dislocación social importante hubieran causado una drástica reducción de la población londinense, podría suponerse que el río Támesis volvería en unos meses a su situación de equilibrio ecológico anterior a la contaminación masiva de las aguas cloacales.

Para entender las razones del desarrollo de la energía nuclear en los países menos desarrollados, conviene examinar varios aspectos pertinentes para la implantación de una determinada tecnología energética: condiciones naturales y técnicas; ideológicas y político-militares. Entre la condiciones naturales podemos referirnos a la disponibilidad potencial de otras fuentes de energía; cuando nos referimos a condiciones técnicas, lo hacemos en cuanto a la compatibilidad entre una forma de energía muy concentrada, que sólo se produce en grandes unidades de generación, y las necesidades de consumo y los patrones de distribución de la energía en un país de menos desarrollo. Las condiciones político-militares se refieren a la situación internacional del país considerado, incluyendo parámetros tales como la propensión a los conflictos militares: compra, fabricación y exportación de armamentos y de tecnología militar; integración del sector científico y tecnología con el sector militar, existencia de un establecimiento científico militar y/o científico tecnológico; injerencia del sector militar en la producción de energía y específicamente en el área de la energía nuclear.

El crecimiento acelerado de la población y de las fuerzas productivas, que es cada vez más consecuencia de la acción sistemática y organizada para la creación de nuevos procesos de producción, esto es a través de la revolución científica y técnica, lleva a la humanidad a encontrarse con límites naturales a su desarrollo. Estos límites derivan del tamaño finito del planeta, del agotamiento de sus recursos naturales no renovables, y de la posibilidad de cambios catastróficos en el medio ambiente natural. Ello produce una situación históricamente nueva, cualitativamente diferente, ya que hasta ahora los límites al desarrollo de las fuerzas productivas dependían fundamentalmente de las relaciones de producción.

Desde hace unos veinte años una ola de demagogia sobre la revolución científica y técnica y la disponibilidad de sus beneficios para vencer al subdesarrollo recorre a los países menos desarrollados. Se crean organismos encargados de promover la investigación científica en países cuyo desarrollo político, cultural e intelectual parece a primera vista poco favorable para la causa de la ciencia y la cultura, como Irán, Libia, Arabia Saudita o Indonesia. Se escriben voluminosos informes, los funcionarios viajan y movilizan cancillerías y organismos internacionales e impresionan a los incautos. Como lo dice Ruy Pérez Tamayo, el poder ha descubierto la potencialidad del acoplamiento ciencia-tecnología-desarrollo y su uso demagógico.