La elaboración de alternativas viables de desarrollo industrializador está vinculada con el progreso de un esquema de regionalización latinoamericana que, además de lo comercial, incluya la dimensión monetaria y financiera. En región alguna se logró el desarrollo sometiéndose a las fuerzas del mercado, de la libre empresa y del laissez-faire, sino por medio de relaciones altamente interactivas y efectivas entre los sectores público y privado, caracterizadas por metas compartidas y compromisos incorporados en la estrategia de desarrollo y en la política económica de los gobiernos. La configuración económica internacional de finales de siglo, signada por la desaceleración y el peligro de una profunda crisis deflacionaria, está vaciando de contenido a las tesis monetaristas del FMI y del Banco Mundial, que atacan -en los países periféricos- la acción reguladora del Estado y los procesos de industrialización.