Pérez gana las elecciones presidenciales con el 54% de los votos. Pero su partido, Acción Democrática (AD) - vagamente socialdemócrata - por primera vez, logrando la presidencia pierde, no obstante, la mayoría parlamentaria. AD junto con COPEI blandamente socialcristiano -, capitalizan el 95% de los votos presidenciales y sólo el 74% de los votos para la configuración del Parlamento. Fuerzas como el Movimiento al Socialismo (MAS) - con un programa de socialismo democrático cada vez menos preciso -, Causa Radical (Causa R) - grupo emergente de carácter sindical-protestatario - y otras de naturaleza ocasional se convierten en fuerzas cuyas posiciones, por el equilibrio entre AD y COPEI, pasaron a ser decisivas. La abstención electoral rondó el 18%, la más alta en la historia de las elecciones generales en Venezuela. Es decir, el mapa político, los posicionamientos y las fuerzas en ese mapa comienzan a ser distintos. Lo que pasó luego no debía sorprendernos demasiado.

En diciembre de 1988, Venezuela realizará su noveno proceso electoral, en una serie sin interrupciones. Siete de estos comicios han sido para escoger al presidente, y los otros dos, para seleccionar a miembros de los gobiernos locales (ayuntamientos), cuya elección - hasta 1979 - era realizada simultáneamente con la presidencial. Es decir, desde el 23 de enero de 1958, Venezuela vive un sistema político esencialmente democrático. De ello van, pues, 30 años, lo cual representa un período más largo que la más extensa y brutal de las dictaduras que hemos padecido en este siglo, la de Juan Vicente Gómez.