La reconfiguración del sistema económico mundial, la hegemonía del neoliberalismo y la democratización de América Latina han generado una profunda transformación en los empresarios, quienes ocupan hoy un lugar central en la economía y la sociedad. La izquierda, por su parte, se vio obligada a moderar su discurso y a correrse hacia el centro del escenario político. Se trata, en ambos casos, de un pragmatismo con sentido positivo, que flexibiliza y ensancha el horizonte de convivencia y resulta fundamental para la gobernanza de los sistemas políticos de la región. Como demuestra el caso de Chile, la cooperación entre empresarios e izquierda, antes impensable, es hoy crucial para enfrentar los desafíos de los acuerdos comerciales, mejorar la competitividad internacional e insertarse exitosamente en el mundo globalizado.