A lo largo de los nueve años que formé parte del Gobierno del Distrito Federal, noté que la mayor parte de quienes habitan la Ciudad de México desconocen la magnitud de los retos que implica su funcionamiento, el desarrollo de su vida cotidiana, y lo que significa satisfacer no solo la demanda de sus nueve millones de habitantes, sino también la de los cuatro millones de personas que la visitan diariamente.