Venezuela. Un futuro incierto
Nueva Sociedad 84 / Julio - Agosto 1986
Al examinar los síntomas de la situación venezolana y al compararlos con los de otras sociedades latinoamericanas, se descubren similitudes significativas: crecimiento cero o decrecimiento de la economía en los últimos siete años; una tasa de desempleo del 15 por ciento, según las estadísticas oficiales; una ingente deuda pública externa en el orden de casi 40 mil millones de dólares y una deuda privada con la banca internacional de unos 15 mil millones de dólares; un alza permanente de los precios que, pese a ser moderada, merma los ingresos de los sectores trabajadores y medios y disminuye aún más su poder adquisitivo; continua fuga de capitales y la subsiguiente falta de inversión interna; una crisis fiscal que le hace al Estado cada vez más difícil cumplir con los múltiples compromisos adquiridos sobre la marcha de casi 30 años de democracia representativa. Este síndrome, que podría ser ampliado con datos adicionales, deja entrever que se está viviendo una profunda crisis, entendida como un período prolongado de reacomodos y transformaciones del sistema social cuyo fin no es previsible y cuya salida aparece crecientemente incierta. Poco ha quedado del sueño y del proyecto de la "Gran Venezuela", impulsados en la década de los 70 a partir del espectacular aumento de la renta petrolera y aceptados, en menor o mayor medida, por la mayoría de los actores de la sociedad venezolana.