En los últimos años ha surgido una poderosa fuerza desde el interior del Tercer Mundo que cuestiona la estructura, los valores transmitidos y los instrumentos del actual sistema de información internacional. Por distintas vertientes el movimiento de países No Alineados, la UNESCO y diversos círculos académicos, tanto del mundo industrializado como del Tercer Mundo, han avanzado una proposición fundamental: la urgente necesidad de impulsar un nuevo orden informativo internacional que permita un verdadero libre flujo multidireccional de la información entre países y sociedades.