Tendencias del comercio exterior cubano
Nueva Sociedad 216 / Julio - Agosto 2008
El análisis del comercio exterior de Cuba revela cambios importantes en los últimos años. Las exportaciones de bienes están lideradas por el níquel, que explica casi la mitad de ellas. Las importaciones de bienes, la mayor parte de las cuales son combustibles y alimentos, han aumentado. Por lo tanto, el saldo en la balanza del comercio de bienes es deficitario. Aunque la exportación de servicios se ha expandido, sobre todo gracias a la exportación de servicios profesionales –médicos, educadores y entrenadores deportivos– a Venezuela, no alcanza para compensar el déficit de la balanza de bienes. En suma, aunque ha cambiado la importancia de los rubros y los socios comerciales, la balanza comercial de Cuba sigue siendo deficitaria.
El propósito de este trabajo es examinar los flujos del comercio exterior cubano en los últimos años e identificar sus principales tendencias. Lamentablemente, las estadísticas de comercio exterior –como la mayor parte de las estadísticas económicas de Cuba– son escasas y difíciles de interpretar, ya que los datos desagregados no están disponibles y la metodología utilizada a menudo diverge de los estándares internacionales. Un ejemplo: Cuba elabora estadísticas de comercio de bienes (mercancías) por categorías de producto y por cada socio comercial en forma separada, pero no tabula los datos de manera cruzada, y por lo tanto no hay estadísticas por categoría de producto para cada socio comercial. Tampoco existen estadísticas desagregadas sobre el comercio de servicios y hay ciertas incógnitas sobre cómo se valúan las exportaciones de servicios.
El presente trabajo se enfoca en el periodo 2001-2006, lapso para el cual se puede acceder a información más o menos consistente a partir de fuentes oficiales cubanas; también se incluyen ciertas referencias a los flujos comerciales durante otros periodos para ilustrar las nuevas tendencias. Una vez aclarado este punto, la primera parte del texto examina el comercio cubano de bienes, mientras que la segunda se ocupa del comercio de servicios. La tercera establece la relación entre ambas para brindar un panorama general. El análisis se cierra con algunos comentarios generales.
Comercio de bienes
El cuadro 1 presenta datos oficiales de exportación e importación de bienes (mercancías) y el saldo de la balanza comercial (exportaciones menos importaciones) para el periodo 2001-2007. El comercio de bienes en Cuba fue deficitario en todos los años del periodo analizado. Tanto las exportaciones como las importaciones de bienes mostraron una tendencia general positiva, pero el valor de las importaciones estuvo siempre por encima del doble del de las exportaciones. En 2006, el déficit alcanzó un pico de 6.700 millones de pesos. De acuerdo con datos oficiales preliminares, el déficit en el comercio de bienes en 2007 se acercó a los 6.400 millones de pesos.En un análisis de más largo plazo, hay que destacar que el saldo de la balanza comercial de bienes ha sido deficitario durante todo el periodo revolucionario (es decir, desde 1959), salvo en 1960, cuando se registró un pequeño superávit. Hasta 1989, el comercio cubano de bienes estuvo dominado por la ex-Unión Soviética y otros miembros de la comunidad socialista en el marco del Consejo de Ayuda Mutua Económica (Comecon o CAME), al que Cuba adhirió en 1972. Desde los 60, Cuba firmó una serie de acuerdos comerciales bilaterales con los miembros del Comecon con el objeto de equilibrar el comercio de bienes. En virtud de estos acuerdos, la ex-URSS y otros países socialistas otorgaban créditos a Cuba que le permitían financiar sus déficits. El valor de las exportaciones cubanas a la comunidad socialista creció rápidamente durante la década de 1980, y en ese sentido debe recordarse que la isla recibía por sus exportaciones de azúcar a la URSS un precio preferencial, que era varias veces superior al internacional, lo que funcionó como un subsidio comercial. Pese a ello, el saldo del comercio de bienes siguió siendo fuertemente deficitario, en más de 2.000 millones de pesos anuales, durante la segunda mitad de los 80.
La desintegración de la comunidad socialista a principios de los 90 y la pérdida de las relaciones comerciales preferenciales produjeron un duro golpe en el comercio exterior cubano: las exportaciones cubanas de bienes cayeron casi 80% (de 5.400 millones de pesos en 1990 a 1.100 millones en 1993). A lo largo del mismo periodo, las importaciones se contrajeron 73% (de 7.400 millones de pesos a 2.000 millones). A pesar de que ambas se recuperaron desde mediados de los 90, todavía en 2007 las exportaciones cubanas eran inferiores en 38% a los niveles anteriores a la crisis. En cuanto a las importaciones, recién en 2006 recuperaron el nivel de 1985.
Comercio de bienes por categorías de productos. El cuadro 2 presenta las categorías de bienes comerciados por Cuba durante el periodo 2001-2006. La fuente de los datos es la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), pero los productos específicos que integran cada categoría no están bien definidos. Como se explicará más adelante, esto origina algunos problemas en el análisis de la información.
Exportaciones. En relación con los bienes exportados, resulta notable la participación relativamente baja –y decreciente– de la industria azucarera. Dichas exportaciones cayeron 73% entre 2001 y 2005 (de 550 millones de pesos a 149 millones) y volvieron a crecer a 219 millones de pesos en 2006. En ese año, el más reciente del que se dispone de datos, la industria azucarera representaba menos de 8% de las exportaciones cubanas de bienes. Esto implica una caída significativa si se tiene en cuenta que a mediados de los 80 –cuando la URSS pagaba precios especiales– llegaron a representar 85%.
La caída de las exportaciones de azúcar se explica por la defunción de la industria azucarera orquestada por el gobierno. Durante los 90, esta industria fue privada de inversión y de capital operativo y luego desmantelada bajo el disfraz de un plan de «reestructuración» supuestamente destinado a aumentar su eficiencia. A mediados de 2002, el gobierno anunció el cierre de 71 de las 156 centrales azucareras y la reorientación de otras 14 a la producción de derivados del azúcar. Además, se reasignaron a otros usos alrededor de 1,3 millones de hectáreas de tierras de un total de casi dos millones dedicadas al azúcar, y se eliminaron alrededor de 100.000 empleos en el sector. En otoño de 2005 se lanzó una segunda ola de cierres de centrales azucareras para reducir la producción a niveles que alcanzaran a cubrir la demanda interna más un pequeño excedente para cumplir con los compromisos de exportación. Esto estaba en línea con el pronunciamiento de Fidel Castro en marzo de 2005, cuando proclamó el fin de la era del azúcar, a la que asoció con la esclavitud y el analfabetismo. La producción de azúcar fue de apenas 1,3 millones de toneladas en 2005 y 1,2 millones en 2006, contra 8,3 millones en 1984.Otros sectores tradicionales, como el tabacalero, el pesquero y el agropecuario, vieron estancadas sus exportaciones, o incluso perdieron mercado, durante el periodo 2001-2006. El sector pesquero ha sufrido grandes dificultades luego de la época dorada de los 70, cuando Cuba poseía una amplia flota. Las exportaciones agropecuarias, en tanto, resultaron perjudicadas por la evolución negativa del sector.
Las exportaciones de la industria minera, en cambio, se triplicaron en los últimos años: pasaron de 465 millones de pesos en 2001 a 1.400 millones en 2006. En el último año, las exportaciones de la industria minera representaron casi la mitad (48%) del total. El níquel lidera el rubro. Desde mediados de los 90, este mineral se transformó en el principal producto de exportación de bienes de Cuba. Los recursos de níquel son los terceros más importantes del mundo; las reservas, las segundas mayores del mundo. En 2006, Cuba fue el octavo productor mundial de níquel. Para llegar a este lugar, las exportaciones de mineral debieron recuperarse tras el descenso sufrido luego del colapso de la comunidad socialista. Entre 1989 y 1994, la producción de níquel cayó 42%. Pero esto comenzó a cambiar cuando la corporación canadiense Sherritt inició sus compras de sulfuros de níquel y cobalto producidos por una planta localizada en Moa, construida en la década de 1940 por inversionistas estadounidenses para abastecer a su país durante la Segunda Guerra Mundial; los sulfuros de níquel y cobalto eran procesados luego en la refinería que Sherritt posee en Fort Saskatchewan (Canadá). En 1994, Sherritt y la Compañía General del Níquel de Cuba, la empresa estatal que maneja la industria de ese mineral, crearon una empresa mixta (joint venture) para desarrollar y comercializar la producción. Liderada por esta alianza comercial, la industria cubana del níquel se recuperó y tuvo un buen desempeño en la década de 1990. En esta perspectiva, el futuro de la industria cubana del níquel luce brillante, con el impulso de los altos precios, resultado de la creciente demanda china de materias primas, y de las nuevas inversiones de Sherritt, pero también de Venezuela y China.
La categoría «otros productos» tuvo un buen desempeño: creció 219% entre 2001 y 2006, de 279 a 888 millones de pesos. Estas exportaciones no tradicionales representaron casi un tercio del total de las exportaciones de bienes de 2006, mientras que en 2001 eran menos de un quinto. Si bien la composición de esta categoría no está bien definida en las estadísticas, el grueso parece estar representado por maquinarias y equipos de transporte, productos farmacéuticos, instrumental y equipo científico, hierro y acero, y cemento. Como se explica más adelante, el crecimiento en esta categoría podría relacionarse con la expansión de las exportaciones de servicios.
Importaciones. Desde la desaparición del campo socialista, la proporción de bienes de capital dentro del total de importaciones de bienes fue muy baja. Durante la crisis económica del Periodo Especial, la capacidad de importación se limitó a los bienes de consumo (principalmente alimentos) y los productos intermedios (sobre todo combustibles). Se limitó severamente la adquisición de maquinaria o equipos de transporte necesarios para sostener el crecimiento económico. Esta tendencia se ha mantenido en los últimos años. El cuadro 2 muestra que en 2001 los bienes de capital representaron solo 14% de las importaciones de bienes, los bienes de consumo, 23% y los productos intermedios, 63%. En 2006, el último año para el que se dispone de estadísticas desagregadas, los bienes de capital crecieron hasta el 20% de las importaciones, mientras que los bienes de consumo representaron 23% y los productos intermedios, alrededor de 57%.
Lo central es que cerca de 60% de las importaciones de bienes de consumo durante el periodo 2001-2006 fueron alimentos. Cuba importó no solo grandes cantidades de cereales que, como el trigo, no pueden cultivarse en la isla por razones climáticas, sino también otros productos alimenticios que podrían producirse internamente, como carne, arroz, frijoles o leche, lo que refleja el pobre desempeño del sector agropecuario. En este sentido, hay que recordar que en 1961 Cuba inauguró un sistema de racionamiento para bienes de consumo básicos a través de una libreta de abastecimiento (alimentos, ropa y calzado, productos para la higiene personal) que sigue vigente debido a que la producción nacional y las importaciones no alcanzan a cubrir la demanda.
El aumento de las importaciones de bienes intermedios refleja en gran medida la tendencia al incremento del precio de los combustibles. En 2001, estos representaban 32% de las importaciones de bienes intermedios, mientras que otros productos intermedios (textiles, productos de goma, hierro y acero, productos de madera, papel y cartón, etc.) representaban el 22% y los productos químicos, el 16%. En 2006, pese a los acuerdos preferenciales de importación de petróleo de Venezuela, los combustibles representaron 42% del valor de las importaciones de productos intermedios.
Comercio de bienes por principales socios comerciales. El cuadro 3 muestra los principales socios de Cuba en el comercio de bienes entre 2001 y 2006, las exportaciones e importaciones de cada uno y el total.
En 2006, los cinco principales mercados de exportación de productos cubanos –Países Bajos, Canadá, Venezuela, China y España– absorbieron casi tres cuartas partes (73%) de las ventas de Cuba. Los dos principales mercados de los productos cubanos, los Países Bajos y Canadá, ocuparon ese lugar en gran medida por ser los principales destinos de las exportaciones de minerales, sobre todo níquel. Como ya se señaló, una porción considerable de las exportaciones de níquel se dirige a Canadá para ser procesada en la refinería que manejan Sherritt y la Compañía General del Níquel de Cuba. Más de la mitad del níquel cubano se comercializa a través de una compañía metalúrgica holandesa con sede en Rotterdam, lo que explica las exportaciones cubanas a los Países Bajos.
Venezuela y China, por su parte, se han convertido en mercados significativos para las exportaciones cubanas de bienes, en línea con el fortalecimiento de las relaciones políticas. Según informes de prensa y otras informaciones dispersas, las exportaciones a Venezuela abarcarían una amplia variedad de productos: farmacéuticos, cemento, hierro y acero, maquinaria especializada y equipos de medición. Esto probablemente se explique por la presencia de personal cubano en Venezuela, sobre todo médicos, que obtienen en la isla materiales y equipos para llevar a cabo sus tareas.
La parte inferior del cuadro 3 muestra los cinco principales países donde se originan las importaciones cubanas de bienes: Venezuela, China, España, Alemania y EEUU. Ellos representaban en 2006 más de 60% de esas importaciones. Venezuela ocupa el puesto de principal proveedor de bienes, fundamentalmente por el petróleo. Desde los 60 hasta principios de los 90, la ex-URSS fue la fuente casi exclusiva de petróleo para Cuba, pero la desintegración de la comunidad socialista puso fin a estos envíos. Desde mediados de los 90, Venezuela ha reemplazado a la ex-URSS. Esta situación se formalizó en el Acuerdo Integral de Cooperación firmado en octubre de 2000 por Fidel Castro y Hugo Chávez, por el cual Venezuela se comprometió a enviar a Cuba 53.000 barriles diarios de petróleo y productos derivados en términos favorables de financiación, a cambio de asistencia técnica y apoyo en áreas como educación, salud pública, deportes e investigación científica. En diciembre de 2004, el acuerdo fue revisado y se incrementó la provisión garantizada a 90.000 barriles diarios.
En cuanto al segundo socio en ascenso, China, el rápido crecimiento de las importaciones cubanas de bienes de ese país, que casi se triplicaron entre 2001 y 2006, se explica en buena medida por una serie de créditos otorgados por China para comprar bienes producidos allí. Entre ellos se destacan los electrodomésticos (en especial, arroceras eléctricas y refrigeradores), productos electrónicos (sobre todo televisores) y equipos de transporte (especialmente ómnibus para transporte local e interprovincial).
Finalmente, hay que destacar que EEUU –que mantiene un embargo comercial sobre la isla– se ubicó en 2006 entre los cinco principales países proveedores de importaciones a Cuba. A lo largo del periodo 2001-2006, las importaciones cubanas de bienes estadounidenses crecieron un 12.000%, de 4 a 484 millones de pesos. Esta veloz expansión del comercio comenzó en 2000, cuando EEUU promulgó el Acta de Reforma de Sanciones y Mejora de Exportaciones (TSRA, por sus siglas en inglés), que modificó el embargo para permitir ventas directas de alimentos a Cuba siempre y cuando fueran pagadas al contado. Inicialmente, el gobierno cubano rechazó la iniciativa estadounidense y exigió el levantamiento total del embargo y el pago a crédito. Sin embargo, en 2001 las autoridades cubanas cambiaron su posición y aceptaron comprar productos agrícolas a EEUU. De acuerdo con las estadísticas del Departamento de Agricultura de EEUU, las exportaciones de productos agrícolas a Cuba pasaron de cuatro millones de dólares en 2001 al récord de 432 millones de dólares en 2007. En 2006, EEUU era el quinto proveedor de bienes importados a Cuba, y la isla ocupaba el puesto 33 entre los mercados para los productos agrícolas estadounidenses.
Comercio de servicios
La información sobre este tema es escasa. Las estadísticas sobre la balanza comercial de servicios publicadas en los últimos años incluyen solo el comercio neto de servicios y no ofrecen datos ni siquiera sobre el valor de las exportaciones e importaciones de servicios por separado. No obstante, y presumiblemente a partir de datos facilitados por el gobierno cubano, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) ha publicado estadísticas más detalladas para el periodo 2001-2004. Cuba también ha provisto algunos datos a la Organización Mundial del Comercio (OMC). El cuadro 4 resume las estadísticas de esas dos fuentes.
Según el cuadro 4, en cada año del periodo 2001-2006 Cuba registró un superávit en el saldo de su comercio internacional de servicios. Este superávit casi se triplicó a lo largo del periodo, de 1.900 millones de pesos en 2001 a más de 5.500 millones en 2006. Como se expondrá en la próxima sección, esto contribuye en buena medida a compensar los grandes déficits en el comercio de bienes.
Como ya se mencionó, Cuba no publica estadísticas acerca de la composición de las exportaciones y las importaciones de servicios. La OMC clasifica los servicios comercializados en tres categorías: servicios de transporte, que incluyen carga marítima, carga aérea, transporte marítimo de pasajeros, transporte aéreo de pasajeros y otras formas de transporte; servicios de viaje (vinculados al turismo), que abarcan todos los bienes y servicios adquiridos por quienes visitan el país receptor, incluidos alojamiento, comidas, transporte local, souvenirs, etc.; y otros servicios comerciales, que incluyen comunicaciones, construcción, seguros, servicios financieros, servicios de computación e información, regalías y licencias, otros servicios empresariales (legales, contables, consultoría, investigación y desarrollo, publicidad e investigación de mercado) y servicios personales, culturales y recreativos (tanto audiovisuales como de educación y salud).
Servicios de transporte. En los 70 y 80, Cuba hizo grandes inversiones para expandir su flota internacional de transporte bajo el paraguas protector del comercio intra-Comecon. A principios de los 90, en plena crisis económica y frente al colapso de su comercio internacional, el tamaño de la flota de carga internacional –y en general de la industria de transporte marítimo– se redujo significativamente. A mediados de los 90, el sector de carga marítimo comenzó a recibir alguna inversión extranjera en forma de empresas mixtas. Pero, aunque no hay estadísticas disponibles, probablemente las cifras no sean importantes. En cualquier caso, no podrían explicar el rápido crecimiento de la exportación cubana de servicios durante los últimos años.
Turismo. La industria turística ha sido uno de los puntales del desempeño económico cubano reciente. Luego de rechazar al turismo durante más de 20 años, desde mediados de los 80 Cuba comenzó a promoverlo, y desde los 90 aumentó sus esfuerzos, principalmente fomentando empresas mixtas con empresas hoteleras extranjeras. Para la segunda mitad de los 90, el turismo era el principal generador de divisas del país. Los ingresos brutos derivados del turismo sumaron entre 1.500 y 2.000 millones de pesos al año entre 2001 y 2003 y alcanzaron los 2.400 millones de pesos en 2006. Aunque la información es fragmentaria, es probable que el turismo haya sido responsable del grueso de las exportaciones cubanas de servicios hasta el reciente despegue de las exportaciones de servicios profesionales. De acuerdo con las cifras provistas por Cuba a la OMC, las exportaciones de servicios turísticos representaron los siguientes porcentajes del total de exportaciones cubanas de servicios: 63% en 2003, 51% en 2004, 32% en 2005 y 31% en 2006.Servicios profesionales. Las fuertes inversiones del Estado cubano en salud pública y educación durante las últimas cinco décadas permitieron impulsar la exportación de servicios profesionales de salud, educación, deportes y ciencia. Durante las décadas de 1970, 1980 y 1990, Cuba utilizó las políticas internacionales de salud pública y educación como una herramienta diplomática. De hecho, hasta hace poco tiempo los especialistas cubanos –médicos, alfabetizadores, entrenadores deportivos, etc.– eran ofrecidos gratis o casi gratis, y sus servicios eran considerados no un rubro comercial sino una forma de ayuda exterior.
Esto cambió en los últimos años, en particular desde la firma del mencionado acuerdo con Venezuela en 2000, cuando las exportaciones de servicios de salud y educación comenzaron a generar importantes beneficios económicos para Cuba. El primer grupo de médicos cubanos llegó a Venezuela en abril de 2003, seguido de educadores para una gran campaña de alfabetización. Más de 20.000 médicos cubanos han prestado servicios en Venezuela en la campaña «Operación Barrio Adentro», mientras que otros miles de educadores de diferentes niveles, junto con más de 5.000 especialistas en deporte, han participado en otros programas sociales. En 2004, Cuba y Venezuela lanzaron la «Operación Milagro», destinada a proveer servicios oftalmológicos a los venezolanos sin recursos; en 2005, los dos países acordaron extender el programa a Bolivia, Brasil, Guatemala, Panamá y Uruguay. Solo en 2005, médicos cubanos llevaron a cabo casi 173.000 operaciones oftalmológicas a personas de 21 países. En casi todos los casos, los pacientes viajaron a Cuba en lugar de ser atendidos en sus propios países por doctores y personal médico cubano.
Es difícil evaluar la exportación de servicios profesionales a Venezuela pues no está claro cómo se han valuado en las estadísticas cubanas. Existe evidencia de que, a los efectos de llevar las cuentas nacionales, Cuba computa los servicios médicos y sociales de un modo que no concuerda con la metodología internacional. En cualquier caso, lo central es que el gran salto en las exportaciones de servicios observado en el cuadro 4 corresponde al periodo en que los especialistas cubanos comenzaron a trabajar en Venezuela.
Comercio de bienes y servicios
Las filas inferiores del cuadro 4 combinan las cifras del comercio de bienes y servicios para mostrar el saldo general de la balanza comercial de Cuba. Con excepción del año 2005, el saldo fue deficitario. Los grandes superávits en el comercio de servicios –particularmente en 2005 y 2006– contribuyeron a compensar los déficits crónicos del comercio de bienes, pero no fueron suficientes. En conclusión, el comercio exterior cubano durante el periodo 2001-2006 no fue equilibrado, y Cuba tuvo que apoyarse en otras fuentes externas de recursos para equilibrar sus pagos internacionales.
Comentarios finales
En los últimos años, la estructura, la composición por productos y los socios comerciales de Cuba han cambiado de manera significativa. El comercio de bienes ha sido eclipsado por un comercio de servicios en rápido crecimiento. Dentro del comercio de bienes, ha habido un reacomodamiento de los productos claves de exportación e importación. Finalmente, también se registraron cambios importantes en los socios comerciales.
Las estadísticas del comercio exterior cubano son escasas y están sujetas a cambios y ajustes frecuentes. Pero los datos relevados en este trabajo sugieren que Cuba sigue afrontando un déficit significativo en su balanza comercial de bienes que se ha acrecentado en los últimos años. Sin embargo, en el comercio de servicios Cuba ha obtenido –según los datos fragmentarios existentes– superávits considerables, sobre todo en los últimos años y probablemente como resultado del auge de la exportación de servicios a Venezuela. Muchas de las preguntas que surgen acerca de la composición y la valuación de estas exportaciones de servicios no podrán ser respondidas hasta que Cuba o sus socios comerciales ofrezcan información más detallada. En cualquier caso, pese a esta expansión –y con excepción del año 2005–, la conclusión principal es que la balanza comercial global de Cuba durante el periodo 2001-2006 ha sido deficitaria.
Bibliografía
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal): «Cuba: Evolución económica durante 2006 y perspectivas para 2007», noviembre de 2007 y ediciones anteriores. Malagón Goyri, Miriam: «El comercio internacional de servicios: algunas consideraciones sobre el sector en la economía cubana» en Eduardo Cuenca García (ed.): Enfoque sobre la reciente economía cubana, Agualarga, Madrid, 1999.Mesa-Lago, Carmelo: «La economía cubana en la encrucijada: legado de Fidel, debate sobre el cambio y opciones de Raúl», DT No 19/2008, Real Instituto Elcano, Madrid, 23 de abril de 2008.Oficina Nacional de Estadísticas (ONE): Anuario estadístico de Cuba 2006, La Habana, 2007.Oficina Nacional de Estadísticas (ONE): Panorama económico y social: Cuba 2007, La Habana, 2008.Organización Mundial del Comercio (OMC): World Trade Statistics 2007, OMC, Ginebra, 2007.Pérez-López, Jorge F.: «Cuba’s Balance of Payments Statistics» en Cuba in Transition vol. 10, Asociación para el Estudio de la Economía Cubana, Washington, DC, 2000.Pérez-López, Jorge F.: «Cuba 2005: The ‘Alice in Wonderland’ Economy» en Focal Point vol. 5 No 1, 1-2/2006, disponible en www.focal.ca/pdf/focalpoint_jan-feb06.pdf.US Geological Survey: Minerals Yearbook 2006, US Government Printing Office, Washington, DC.