Queremos ser nosotros mismos
Nueva Sociedad 88 / Marzo - Abril 1987
Para mí es motivo de profunda satisfacción venir a esta tricentenaria casa de estudios, parte fundamental de la historia de la ciencia y la cultura de la América anglosajona. Y es motivo de satisfacción particular el que este centro de estudios forme parte del cuerpo mismo, del corazón diría, de las primeras colonias que se constituyeron en esta parte del mundo. En esta tierra generosa que acogió a quienes eran perseguidos por razón de sus ideas, religiosas o políticas, en una de las épocas de mayor intolerancia en la historia de la vieja Europa. Tierra generosa que siguió acogiendo durante varios siglos a los hombres que venían en busca de libertad y bienestar, pero sobre todo de esperanza. Tierra generosa a la que vengo hoy con espíritu abierto, con voluntad de diálogo y, como vuestros antecesores, lleno de esperanza en el futuro; en nuestro futuro, el de una América del Norte y del Sur igualmente libres y prósperas.