Desde el momento mismo en que el declinante Partido Revolucionario Democrático (PRD), creado por el general Omar Torrijos en 1978 con el fin de dar una estructura civilista y política a lo que hasta ese momento no había sido sino una expresión lateral de su poder personal y el de un grupo adicto dentro de la entonces llamada Guardia Nacional, resolvió patrocinar la candidatura del doctor Nicolás Ardito Barletta a la presidencia de la República, los observadores y analistas coincidieron en la apreciación de que se consagraban las exequias del torrijismo, sin estridencias ni alharacas, y sin que los funerales fuesen visibles o taxativos.