La paz primero que la guerra
Nueva Sociedad 125 / Mayo - Junio 1993
Todavía no se han decantado suficientemente las reacciones que provocó la declaratoria del estado de conmoción interior. Diferentes fueron las posiciones, y contradictorias en muchos casos, aun cuando explicablemente abundaron las adhesiones y las manifestaciones de solidaridad con el Gobierno. Muchos ciudadanos, muchos políticos, representantes de gremios, organizaciones cívicas y sociales, representantes de la prensa y comentaristas diversos de la vida nacional, han dicho que sí a la situación de emergencia y respaldado con su opinión las medidas adoptadas. Incluso de diferentes lados las han pedido más enérgicas, más definitorias, y han sido bastantes los que, al respaldar al Gobierno, le han hecho objeto de agudas recriminaciones por una actitud que consideran perjudicialmente extemporánea.