Posiciones

La guerra que nunca quisimos ver


Nueva Sociedad 125 / Mayo - Junio 1993

He creído, a propósito de la llamada política de paz, que Colombia ha sido víctima de un diagnóstico errado. No sé cómo se produjo. Quizá el primero en acogerlo y apoyarse en él para intentar la pacificación del país fue Belisario Betancur. Belisario es un idealista y un hombre de temperamento generoso, en cuya formación han debido concurrir, en dosis equivalentes, el pensamiento de santo Tomás, las encíclicas papales y, de manera un tanto subrepticia, las ideas de Carlos Marx que, en sus tiempos de estudiante y entre muchos de sus amigos, tenían un aura de avanzada. Así, con su buen corazón y este bagaje ideológico, un tanto promiscuo, Belisario decidió buscar la paz a través del diálogo, en vez de proseguir el severo tratamiento represivo aplicado a la guerrilla por su antecesor, Julio César Turbay.

La guerra que nunca quisimos ver
Este artículo es copia fiel del publicado en la revista
ISSN: 0251-3552
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