La calidad de la no-vida en Chile
Nueva Sociedad 75 / Enero - Febrero 1985
El experimento chileno intentó, a sangre y fuego, remodelar el país en función de valores y conductas consumistas que sólo podían ser cumplimentadas por una pequeña fracción de la población; sin embargo, el precio en mutilación de áreas enteras de la actividad humana y en crónicos atropellos a los derechos humanos ha sido pagado por toda esa población. A los once años de haber sido iniciado, el modelo se ha desplomado por su base, dejando un país altamente endeudado, industrialmente desarticulado, sin crecimiento y sin perspectivas. Medida en términos de su calidad, la vida en Chile ha sido brutalmente degradada, aún para las clases altas, ahora atrapadas en un nicho de trivialidad cultural y política, mientras a las bajas les resta la miseria absoluta.
