Tema central

El proyecto MEGA
Peripecias de la edición crítica de las obras de Marx y Engels


Nueva Sociedad 277 / Septiembre - Octubre 2018

La difusión de la obra de Karl Marx y Friedrich Engels a escala mundiales una historia accidentada y, a la vez, apasionante. Marx fue un paria y perseguido que, al menos, tuvo la suerte de encontrar en Londres una biblioteca en el Museo Británico, que era entonces la mejor del mundo, y se «asoció» con Engels en una aventura política e intelectual. La obra de los dos revolucionarios se difundió primero de forma muy fragmentaria, muy lejos del sistema cerrado construido por el comunismo oficial. El inmenso proyecto de publicación mega todavía no está acabado, pero está en marcha y próximo a terminarse.

El proyecto MEGA  Peripecias de la edición crítica de las obras de Marx y Engels

La difusión de la obra de Karl Marx y Friedrich Engels constituye en sí misma una historia muy compleja. No hay que olvidar que esa obra está compuesta por escritos de hombres perseguidos, que publicaban en la prensa obrera clandestina, que dejaron textos importantes sin publicar, y que algunos de los publicados, al ser editados en innumerables lenguas, sufrieron deformaciones considerables respecto del texto original, como puede observarse en la propagación del más difundido, el Manifiesto del Partido Comunista. Al mismo tiempo, según pasaban los años y la Internacional (la Asociación Internacional de Trabajadores, ait) –fundada en Londres en 1864 con el propósito de aunar los esfuerzos emancipatorios de los obreros sin distinción de países– se expandía por el mundo, crecía la demanda de textos de Marx. Y no solo entre los obreros, sino que había también una demanda por parte de intelectuales y académicos. De ahí la creciente exigencia de una edición ordenada y fiable de la obra de Marx y Engels.

Llama la atención que, habiéndose convertido la producción de los dos revolucionarios alemanes en la base teórica de los partidos socialistas europeos desde la década de 1890, esos partidos, sobre todo el alemán, que figuraba como «guía», no emprendieran una edición de las obras completas de sus teóricos. De haberlo hecho, seguro que su difusión hubiese ayudado a conocer mejor la obra de Marx y Engels, no solo entre los socialistas alemanes, sino entre los de Europa, América y el mundo entero. Hoy sabemos muy bien que durante su vida los dos teóricos no tuvieron una difusión muy exitosa. El Manifiesto sí llegó a editarse y propagarse de forma notable, pero esto ocurrió más bien en los años finales de la vida de ambos y, sobre todo, después de su muerte. Algunos libros, como ocurre con Miseria de la filosofía, publicado en francés en 1848, no se conocieron en la lengua de Marx hasta 1885. Al mismo tiempo, obras filosóficas como La ideología alemana, de 1846-1847, o los manuscritos de 1857-1858 (los Grundrisse), tardaron muchos años en llegar al público y son, sin embargo, textos fundamentales para comprender la dimensión filosófica en la que Marx analiza la economía y su desarrollo histórico. Sin duda, algunas lecturas de Marx, como la de Louis Althusser, que supone un corte epistemológico entre el joven Marx y el maduro, son insostenibles a la luz de textos como los Grundrisse.

Los primeros intentos de editar obras completas o al menos conjuntos de obras de Marx y Engels comienzan con recopilaciones como los tres tomos de artículos escritos en torno de 1850, publicados por Eleanor y Edward Aveling con los títulos Revolution and Counter-Revolution in Germany in 18481 (1896), The Eastern Question (1897) y Secret Diplomatic History of the Eighteenth Century (1899). Por otra parte, Franz Mehring publicó en 1902 Gesammelte Schriften [Obras recopiladas] de Marx y Engels, correspondientes a los años 1841-1850, pero sin intención ni criterio de edición científica. Lo mismo ocurre con Briefwechsel zwischen Engels und Marx (Correspondencia entre Engels y Marx), en cuatro volúmenes, publicado en 1913 por August Bebel y Eduard Bernstein, quienes suprimen pasajes del texto cuando consideran que el partido puede verse perjudicado por los juicios o expresiones de los teóricos. Probablemente, hubo otros factores que explican el reiterado aplazamiento de la edición de las obras completas de Marx y Engels, lo cual no significa que no se hubiese expresado entre socialistas, en varias ocasiones, la necesidad de contar con ellas2. En 1923, Karl Korsch (1886-1961) aludía a la falta de interés de los socialistas de la Segunda Internacional en la filosofía3. En este sentido, señalaba la coincidencia en el rechazo de una filosofía marxista entre intelectuales burgueses e intelectuales marxistas. Korsch mostraba su sorpresa por tal coincidencia:

Los profesores burgueses de filosofía se aseguraban mutuamente que el marxismo no poseía un contenido filosófico propio, y con ello creían haber afirmado algo grande contra él. Los marxistas ortodoxos, por su parte, se aseguraban también mutuamente que su marxismo, por su carácter, nada tenía que ver con la filosofía, y con ello creían afirmar algo grande en favor de él.4

Korsch apuntaba así a la necesidad de superar la visión positivista y cientificista del marxismo tal como lo entendían Karl Kautsky, Paul Lafargue, Rudolf Hilferding y buena parte de los dirigentes de la Segunda Internacional. Según Korsch (y con él Rosa Luxemburgo y muchos marxistas críticos del gradualismo de Kautsky), había que volver a poner en primer lugar al sujeto, la acción revolucionaria, la praxis, sobre todo la unión de praxis y teoría tal como declaraba Marx en sus Tesis sobre Feuerbach.

El primer proyecto de una edición completa de las obras de Marx y Engels arranca en una reunión de marxistas en Austria, en 1910. A esta reunión asistió David Riazánov (David Zimkhe Zelman Berov Goldendach, 1870-1938), quien lo puso en marcha en la década de 1920 y lo denominó «edición histórico-crítica de obras completas de Marx y Engels» (historisch-kritische Marx-Engels Gesamtausgabe-mega); esta edición se publicaría en 42 volúmenes. Riazánov, nacido en Odesa, Ucrania, entonces perteneciente al Imperio Ruso, era sin duda el hombre más erudito de todos los tiempos en lo que a la obra de Marx y Engels se refiere; llegó a ser director del Instituto Marx-Engels (ime) de Moscú, desde el cual realizó una asombrosa labor de recopilación de textos de ambos revolucionarios alemanes, gracias a lo cual, con sus colaboradores y contactos internacionales, convirtió la biblioteca de ese instituto en una biblioteca especializada en marxismo, la mejor del mundo en este terreno.

Pero ¿dónde estaban los originales de Marx para realizar a partir de ellos una edición fiable como la que pretendía Riazánov? Al morir, en 1883, sus papeles quedaron en manos de Engels. Este fiel amigo, que sostuvo a Marx en los momentos más difíciles, tuvo una función muy relevante en la edición de algunas de sus obras, como los libros 2 (1885) y 3 (1894) de El capital, además de editar también otras obras, como Die Klassenkämpfe in Frankreich (1894) (Las luchas de clases en Francia). A su vez, tras la muerte de Engels, en 1895, sus papeles pasaron a manos de los socialistas alemanes August Bebel y Eduard Bernstein como representantes del Partido Socialdemócrata de Alemania (spd, por sus siglas en alemán). De los papeles de Marx se hicieron cargo sus hijas, primero Eleanor Marx en Londres (fallecida en 1898), después Laura Lafargue en Draveil, cerca de París (fallecida en 1911). Posteriormente, los papeles fueron depositados, en su mayor parte, en el archivo del spd en Berlín.

Para realizar su tarea editora, Riazánov copió, con el permiso del spd, buena parte de los originales de Marx. El problema sobrevino en 1928 cuando el spd retiró el permiso para seguir copiando los fondos debido a las críticas que recibía del Partido Comunista alemán5. Esta circunstancia impidió que Riazánov pudiera contar con todo el archivo de Marx y Engels. Con la llegada al poder del nazismo en 1933, las dificultades aumentaron aún más. El archivo del spd tuvo que ser sacado de Alemania y depositado, tras algunas peripecias, en el Instituto Internacional de Historia Social (iisg) de Ámsterdam. El proyecto inicial de publicar 42 tomos se quedó en 12, editados entre 1927 y 1935. El plan para la primera edición de la mega abarcaba cuatro secciones: la primera, prevista en 17 tomos, debía contener todas las obras de Marx con excepción de cuanto se relacionara con El capital, pero solo aparecieron siete (abarcaban hasta finales de 1848). Los tomos 1 y 2 fueron dirigidos por Riazánov, y los tomos 3, 4, 5, 6 y 76, por Víctor Adoratski (sucesor de Riazánov, destituido como director del ime7); de los 13 tomos previstos para la segunda sección, El capital y manuscritos económicos, no llegó a salir ninguno; en la tercera, de 10 tomos previstos, que debían contener la correspondencia entre Marx y Engels, aparecieron los tomos 1, 2, 3 (bajo la dirección de Riazánov) y 4 (bajo la dirección de Adoratski); la cuarta sección, de la que no salió nada, preveía dos tomos de índices. Aun con su carácter de proyecto no acabado, la primera mega se caracterizó por un gran rigor en la edición de los textos, basado en la reproducción fiel y exacta del original, lo cual ha servido de modelo para el segundo proyecto: mega 2.

Por razones de brevedad omitiré aquí tratar ediciones importantes de la obra de Marx, como la francesa de Molitor, Œuvres complètes (57 volúmenes, 1924-1954), el proyecto geme (Grande édition Marx et Engels, en marcha desde 2010 en París por Éditions Sociales), la importante edición en inglés de Collected Works (50 volúmenes, 1975-2004), hoy acabada y que recoge los frutos de las investigaciones de los equipos rusos y alemanes que elaboraban las importantes ediciones rusas, y la mew (Marx-Engels Werke, 47 volúmenes, Berlín oriental, 1956-1989). En español existió el proyecto ome (Obras de Marx y Engels, 68 volúmenes previstos, incluida la correspondencia), bajo la dirección de Manuel Sacristán, pero solo aparecieron 13, traducidos del texto de mew8, editados por Grijalbo en Barcelona, Buenos Aires y México, 1976-1980. Casi simultáneamente salió la edición de Carlos Marx y Federico Engels, Obras fundamentales, traducidas por Wenceslao Roces, en fce, México, con 18 volúmenes entre 1980 y 1985.

La nueva mega o mega 2 comenzó a proyectarse en la década de 1960. Los Institutos de Marxismo Leninismo de la Unión Soviética y de la República Democrática Alemana tomaron la iniciativa y contactaron al iisg, que puso su archivo a disposición de los equipos soviéticos y alemanes. Los soviéticos fueron quienes más hicieron por la difusión de Marx y Engels en el mundo hasta 1991, pero esa difusión solía enlazar en un sistema la obra de los dos revolucionarios alemanes con la de Lenin y Stalin, de manera que el estalinismo pudo justificar su política como aplicación o desarrollo de tal sistema.

Lo cierto es que en la Unión Soviética se publicó, en ruso, entre 1928 y 1946, la primera edición de obras completas de Marx y Engels en 33 volúmenes. Posteriormente, entre 1955 y 1966, salió otra edición rusa, aumentada, de 42 volúmenes. Esta edición sirvió de base de la edición alemana (mew) iniciada en 1956 y terminada en 1989 en la República Democrática Alemana, en 41 tomos, más cuatro complementarios y dos de índices. Esta edición, de gran difusión en el mundo por su calidad y su módico precio, ha sido referencia para numerosas traducciones a otras lenguas y ha servido como texto de estudio de la obra de Marx y Engels.

El defecto más notable de que adolecía, además de su incompletud y de no ser una edición crítica, se hallaba en sus prólogos e introducciones, en los que a menudo se convertía a Marx en autor de un sistema, en lugar de autor de una obra abierta y en su mayor parte inconclusa. Sacristán lo explicaba muy bien en su prólogo a la traducción española del Anti-Dühring: «Engels, que repetidamente manifiesta en el Anti-Dühring la principal virtud del intelectual, la modestia, no puede considerarse responsable de que cierta inveterada beatería insista en considerar su modesto manual divulgador como una ‘enciclopedia del marxismo’». (La expresión «enciclopedia del marxismo» se halla, en efecto, en el prólogo de la obra de Engels en mew vol. xx, p. viii). Quien lea memorias de socialistas de la Segunda Internacional (y no solo de ella) puede comprobar cuántos ejemplos hay de marxistas que consideraban efectivamente este libro (en realidad, una recopilación de artículos) de Engels como una especie de manual de marxismo, consideración que, probablemente, se vio favorecida por la publicación en francés de un fragmento del Anti-Dühring, con el título Socialisme utopique et socialisme scientifique, que Paul Lafargue editó en 1880, y fue rápidamente difundido y traducido a otras lenguas.

El primer volumen de la nueva mega salió en 1975. La edición reproduce los textos de Marx y Engels tal como fueron escritos por ambos, respetando por tanto la lengua en que fueron redactados, como el francés de Misère de la philosophie (Miseria de la filosofía) o el inglés de los artículos escritos en el New York Daily Tribune, además de respetar también los giros o locuciones en diversas lenguas que uno y otro autor intercalan en sus escritos. En la sección iv, la que reproduce los fragmentos de las lecturas de Marx, puede verse que extractaba de diversas lenguas, incluidos griego y latín. Los hablantes de lengua española se asombrarán de ver la cantidad de textos españoles que extractó para escribir, en 1854, en el New York Daily Tribune, sobre la revolución española de ese año, la llamada Vicalvarada9, así como se asombrarán de ver el número de páginas que extractó de Francisco Cárdenas, Ensayo sobre la propiedad territorial en España (dos volúmenes, 1873-1875), pero para ello habrá que esperar, pues el tomo de mega iv no ha sido publicado todavía.

Tras la caída de la rda y la posterior reunificación alemana (1989) y tras la implosión de la urss (1991), la mega 2 estuvo a punto de zozobrar, ya que los equipos científicos del proyecto eran soviéticos y alemanes orientales. De este modo, si la primera mega fue víctima de la estalinización, la segunda estuvo al borde del colapso por la desestalinización. Finalmente, en 1990 se fundó la Internationale Marx-Engels Stiftung (Fundación Internacional Marx-Engels, imes) en Ámsterdam con el propósito de reemprender la mega. El proyecto ya no sería iniciativa de un partido, sino una tarea científica independiente de los partidos, apoyada por el imes, la Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften (bbaw, la Academia de Ciencias de Berlín-Brandenburgo), la Casa Karl Marx, de Tréveris, y equipos de instituciones rusas preexistentes. Con este fin se redactaron nuevas normas de edición, tendentes a acentuar el carácter científico y la independencia respecto de un partido que pudiera monopolizar la interpretación de la obra de Marx y Engels.

El aparato crítico de los tomos permite al lector contextualizar el contenido de manera ejemplar. Si leemos, por ejemplo, los artículos que Marx escribió sobre España en el New York Daily Tribune, el aparato crítico nos informa si hubo cortes o añadidos del texto de Marx por parte del periódico o si este lo reprodujo en los distintos periódicos de su red. Esta nueva mega consta, como la primera, de cuatro secciones, pero con mucha mayor amplitud y diferencias importantes en cada sección; la cuarta, por ejemplo, no consiste en índices, sino en extractos de lecturas, notas bibliográficas, etc. He aquí un esquema de las cuatros secciones:

i. Obras de Marx y Engels, artículos, inéditos, exceptuando El capital y todo lo relacionado con el proyecto relativo a él. Aquí figuran obras como Manuscritos económico-filosóficos, La ideología alemana, Miseria de la filosofía, El 18 brumario, los artículos en el New York Daily Tribune, La guerra civil en Francia, Dialéctica de la naturaleza, etc. Hasta hoy han aparecido 22 tomos de los 32 que comprende esta sección.

ii. Escritos económicos: Contribución a la crítica de la economía política, Grundrisse, El capital, Teorías sobre el plusvalor. Esta sección quedó concluida en 2012 con sus 15 tomos (18 tomos parciales) y es la única completa de las cuatro. Incluye la traducción francesa (de J. Roy) del primer libro de El capital (Le capital, París, 1872-1875), como también la inglesa de Samuel Moore y Edward Aveling (Capital. A Critical Analysis of Capitalist Production, Londres, 1887).

iii. La correspondencia, esto es, las cartas escritas por Marx y Engels y las recibidas por ellos en orden cronológico. Hasta hoy han aparecido los tomos 1 a 13, que abarcan la correspondencia hasta diciembre de 1865, más el tomo 30, que abarca las cartas desde octubre de 1889 hasta diciembre de 1890. El resto de los tomos (no está exactamente definido el número) se publican en formato digital.

iv. Extractos, noticias, tablas cronológicas, índices bibliográficos. Lo interesante de esta sección, aparte de ver cómo trabajaba Marx (qué extractaba, qué proyectaba, qué criticaba) es mostrar cómo acompañaba sus escritos de bibliografía para informarse de lo que iba redactando. Sobre la propiedad de la tierra, la minería, el comercio, etc., extractó Marx gran cantidad de escritos, no solo relativos a Europa, sino también a América y Asia. Hasta la fecha han aparecido 14 de los 32 volúmenes proyectados.

En total han aparecido hasta hoy 65 tomos de los 114 previstos, pero ya queda indicado que no todos los que faltan van a ser editados en papel. Cada tomo de la mega va acompañado de un tomo de aparato crítico en el que pueden seguirse las variantes si las hubo, las referencias completas de las obras, folletos, revistas o periódicos mencionados y nombres de personas, con lo que los lectores encuentran la mejor contextualización para facilitar la comprensión de los textos de Marx y Engels10.

  • 1.

    Los artículos contenidos en el libro son atribuidos erróneamente a Marx en su totalidad, cuando varios de ellos son en realidad de Engels.

  • 2.

    Ver Götz Langkau: «Marx-Gesamtausgabe. Dringendes Parteiinteresse oder dekorativer Zweck? Ein Wienereditionsplan zum 30. Todestag. Briefe und Briefauszüge» en International Review of Social History No 28, 1983; Martin Hund: «Zur Geschichte der mega» en Beiträge zur Marx-Engels-Forschung, 1992; Jürgen Rojahn: «Und sie bewegt sich doch! Die Fortsetzung der Arbeit an der mega unter dem Schirm der imes» y Rolf Dlubeck: «Die Entstehung der zweiten Marx-Engels Gesamtausgabe im Spannungsfeld von legitimatorischen Auftrag und editorischer Sorgfalt», ambos en mega-Studien No 1994/1, Ámsterdam-Berlín, 1994.

  • 3.

    K. Korsch: «Marxismus und Philosophie» [1923] en K. Korsch: Marxismus und Philosophie, Europäische Verlagsantalt, Fráncfort, 1972, p. 76.

  • 4.

    Ibíd.

  • 5.

    El primer tomo de la mega apareció en Fráncfort gracias al apoyo del Institut der Sozialforschung (el de los Horkheimer, Adorno, etc.), una prueba de la colaboración entre soviéticos y alemanes en el proyecto.

  • 6.

    Se anunció el tomo 8 de esta primera sección, pero no apareció.

  • 7.

    Riazánov fue finalmente ejecutado en las purgas de 1938, acusado de apoyar «actividades contrarrevolucionarias».

  • 8.

    En el caso de que ya hubiese aparecido el texto de mega 2, se tenía también en cuenta esa edición.

  • 9.

    Tales extractos se hallan en mega sección iv tomo 12, publicado en 2007. En español puede verse mi edición de K. Marx: Escritos sobre España. Extractos de 1854, Trotta, Madrid, 1997.

  • 10.

    Para más información sobre la mega, v. Marx-Engels-Gesamtausgabe, http://mega.bbaw.de/ (en alemán).

Este artículo es copia fiel del publicado en la revista
ISSN: 0251-3552
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