Además de los problemas generales de una sociedad como la latinoamericana, la mujer debe enfrentar las limitaciones que le impone la cultura regional debido a su sexo. Por si fuera poco, una de sus funciones fundamentales, la de ser madre, con el paso del tiempo y el peso del modelo de desarrollo imperante, se ha trastocado de tal manera, que en estos momentos constituye un acto totalmente desprovisto de su contenido humano. Parir se ha convertido en un acto médico y la mujer es sólo la consumidora de un paquete de atención al paciente, cuyos ingredientes están previamente determinados por el sistema hospitalario. En este artículo se propone una alternativa viable y ecológica: el parto en libertad para un nacimiento sin violencia, en el que participe el esposo, para poder compartir la pareja el acontecimiento maravilloso del nacimiento de su hijo. El parto en libertad, vieja práctica que ha sido dejada de lado por el aplastante peso de un modelo de desarrollo deshumanizado, es una manera ecológica de parir, una forma de dignificar a la mujer, a su hijo y al medico que la acompaña en el nacimiento, no para decirle lo que debe hacer, sino para apoyarla...