Artículo
NUSO Nº 55 / Julio - Agosto 1981

La crisis actual y el monetarismo

El perfil de la crisis económica actual, que la distingue de todas las crisis anteriores del capitalismo, es la conjunción de la inflación y de la recesión. Ya no vale el remedio keynesiano de bombear la demanda y bajar el interés para estimular la inversión. Ahora se trata de congelar la demanda efectiva con la inflación y hasta con el racionamiento de los servicios públicos para almacenar energía. El capital también se encarece autoritariamente marcándole un precio político alto a su costo, es decir, fijando directa o indirectamente, altas tasas de interés. Ninguno de estos recursos de políticas económicas y financieras es casual. Todo este desarrollo institucional responde a una estrategia de crisis. La crisis es un proceso en marcha, lo tenemos cuantificado en diversos indicadores, y por eso el capitalismo mundial ha decidido ahora congelar la producción desde su fuente misma a través del encarecimiento político del ahorro de inversión para evitar el cataclismo de la crisis del 30: el choque explosivo entre la montaña de existencias de productos y la carga de multitudes hambrientas y desempleadas. Este cataclismo sería hoy para establecimiento al mando políticamente incontrolable. Por eso el sistema ha escogido, en esta emergencia, el tratamiento de choque de racionar la demanda y encarecer el capital al costo del desempleo y de la disminución de la producción industrial y agraria, para los mercados de consumo masivo. Se tomó, pues, la decisión de institucionalizar el receso. Y aquí vemos con qué medios.

La crisis actual y el monetarismo
Este artículo es copia fiel del publicado en la revista Nueva Sociedad 55, Julio - Agosto 1981, ISSN: 0251-3552


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