El proyecto de Reagan denominado Iniciativa para la Cuenca del Caribe (ICC) que se presentó como una solución a la crisis del modelo de acumulación capitalista existente en la región, fue diseñado con la intención de impulsar una reestructuración de las economías de los países caribeños y centroamericanos que fuera congruente con los intereses económicos norteamericano. El autor mediante varios ejemplos concretos de la aplicación de la ICC como política económica, concluye en que ésta no ha logrado aliviar la crisis económica de la región, no ha aumentado significativamente la inversión ni el comercio con Estados Unidos, ni tampoco ha aumentado el empleo en los países "beneficiarios", pero sí ha sentado las bases para que el beneficiario real sea el capital norteamericano.