Proclamada el 30 de diciembre de 1975, la Segunda República Malgache ha festejado al fin del año pasado su segundo aniversario. El 21 de diciembre de 1975 fue adoptada, después de un referéndum popular, la actual Constitución, la cual, junto a la carta de la Revolución Socialista - llamada Boky Mena - constituye una síntesis feliz entre las aspiraciones revolucionarias y la tendencia a la legalidad de los juristas tradicionales. Los textos fundamentales adoptados por el régimen de Didier Ratsiraka reflejan en efecto un "espíritu de las leyes", de marca occidental, originalmente asimilado por los intelectuales de Madagascar. Los dirigentes de Antananarivo están convencidos de ser depositarios de una auténtica "legitimidad revolucionaria", por cuanto la revolución de Madagascar presenta características fundamentalmente distintas a aquellas de los regímenes precedentes, el civil-parlamentario de Philibert Tsiranana y el militar del General Gabriel Ramanantsoa, incluso si este último dio algunas de las premisas que serían después desarrolladas y profundizadas por el actual régimen. La construcción del socialismo en Madagascar ha, de hecho, sustituido al capitalismo liberal: numerosas sociedades extranjeras han sido nacionalizadas, mientras la planificación ha sido considerablemente reforzada. ¿Pero, cuáles son, pues, las medidas reales adoptadas por el régimen, nacido al fin de diciembre de 1975, y las características que lo diferencian de los dos regímenes precedentes?