Apuntes de integración en América Latina 3/2016

junio - agosto 2016
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Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac)

La Celac, el foro de integración que reúne a todos los Estados latinoamericanos y caribeños desde 2011 recibió a principios de agosto elogios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Los elogios tuvieron lugar en Santiago de los Caballeros (República Dominicana), donde ministros de toda la región analizaron los avances de la implementación del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre de la Celac. Allí, el representante regional de la FAO, Raúl Benítez, consideró que la ejecución plena de tal plan sería “la mejor herramienta para alcanzar hambre cero en el año 2025”.

Con este entusiasmo, la reunión se llevó a cabo bajo la coordinación de la presidencia dominicana de la Celac y congregó a ministros de toda la región, quienes analizaron los principales retos de la seguridad alimentaria regional y el impacto del cambio climático sobre ella. Entre otros avances, destacaron la aprobación en junio pasado de la ley dominicana de Soberanía y Seguridad Alimentaria (norma con la cual ya contaban Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua y México); la creación en 2015 de la Red de Expertos para reducir el desperdicio alimentario y puesta en marcha, el mismo año, de la primera red regional de sistemas públicos de abastecimiento y comercialización de alimentos. Brasil, Bolivia, Chile, Costa Rica, Ecuador y San Vicente y las Granadinas fueron los primeros miembros de esta red creada el pasado noviembre, que permite garantizar que los alimentos lleguen a quienes más los necesitan y que los agricultores familiares puedan vender su producción a precios justos. En la reunión en territorio dominicano, Benítez llamó a más países a sumarse a la red.

Por último, durante el encuentro se trabajó sobre la estrategia de género para el plan de seguridad alimentaria de la Celac, que será presentada en noviembre también en sede dominicana. Sobre este tema, un reciente estudio de la FAO visibiliza los aportes de las mujeres a las cadenas de valor de la yuca, quinua, maíz y algodón, a partir del cual estima que una parte fundamental de las actividades de erradicación del hambre en la región debe pasar por potenciar el rol de las mujeres rurales en las cadenas de valor en las que participan.

Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)

Tal como lo hizo desde su constitución en 2008, el foro que agrupa a doce países de América del Sur ejerce actualmente su rol de facilitador del diálogo. Esta vez lo hace en la crisis venezolana, que combina desabastecimiento económico e inestabilidad política. A la ya conocida difícil situación económica del país caribeño se sumó, recientemente, una iniciativa de la oposición para solicitar un referendo revocatorio del presidente venezolano, Nicolás Maduro. La oposición reclama premura en los pasos requeridos para activar la consulta, de manera tal de poder realizarla este año y llamar a nuevas elecciones. El apuro responde a que, de realizarse en 2017, el período de gobierno (2013-2019) sería completado por el vicepresidente, designado por el mandatario.

La lucha entre gobierno y oposición incluyó una serie denuncias mutuas: por parte de la oposición, apuntaron contra el intento oficial de obstaculizar el proceso revocatorio; por parte del oficialismo, señalaron la “traición a la patria” de la oposición, a cargo de la dirección de la Asamblea Nacional, por solicitar que la Organización de los Estados Americanos (OEA) tomase cartas en la situación del país. La Asamblea había pedido a la OEA, aunque sin éxito, activar la Carta Democrática, que suspende a los países en los que se produzca una ruptura del orden democrático. Ahora, la OEA, Unasur, un conjunto de ex presidentes iberoamericanos y los gobiernos de Estados Unidos y España buscan por distintos medios facilitar el diálogo entre ambas partes. Unasur, además, entregó al gobierno venezolano un informe con recomendaciones orientadas a la estabilización macroeconómica de reactivación y crecimiento del producto bruto interno del país y dejó transcender que también hace diligencias en Europa y en América Latina para facilitar al gobierno el acceso a alimentos y medicinas.

Dentro de Unasur se hace mucho énfasis en el tema de convergencia regional: apuestan como organismo a concertar políticamente lo que se trabaja desde los distintos mecanismos de integración en la región. Como primer paso de ese proceso, recientemente acaban de inaugurar la iniciativa de la escuela de mediadores de paz para reducción de conflictos intrarregionales (http://www.unasursg.org/es/node/892).

Mercado Común del Sur (Mercosur)

El proceso de integración que reúne a algunos países del cono sur desde 1991 atraviesa una nueva crisis política que tiene en vilo a sostenedores y detractores del proyecto. Desde el punto de vista formal se trata de una disputa institucional y diplomática surgida a raíz del traspaso de la presidencia pro tempore del bloque, un mecanismo quenormalmente cambia de un país a otro cada seis meses la responsabilidad por las principales actividades regionales según lo dispone el Tratado de Asunción y el Protocolo de Ouro Preto. Sin embargo, esta vez, tal traspaso no tuvo lugar. Uruguay dio por concluida su presidencia a fines de julio y Venezuela declaró su disposición de asumirla sin que otros tres estados reconocieran la validez del acto: Argentina, Brasil y Paraguay. En un principio, solo Bolivia, que se encuentra en proceso de adhesión plena al bloque, saludó oficialmente la nueva presidencia pro tempore. Por su lado, Uruguay consideró que jurídicamente le correspondía asumirla a Venezuela. Sin embargo, liderados por Brasil, los otros tres países acusaron a la nación caribeña de no cumplir con los plazo para la incorporación de normativa regional estipulados en el Tratado de Adhesión con el que se comprometió en 2012, cuando se acordó que el país ingresara al bloque. El tratado establece, entre otras cosas, la adopción de reglas aduaneras, el protocolo sobre libre comercio y el Acuerdo de Residencia.

Sustancialmente, se trata de una disputa política. Los tres países tienen gobiernos interesados en reorientar la vinculación comercial con el mundo (Brasil salir de los BRICS y junto con Argentina y Paraguay acercarse a Estados Unidos y la Alianza del Pacífico y el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP)) y, a la vez, han denunciado en distintas ocasiones que habría faltas contra la democracia y los derechos humanos por parte del gobierno de Maduro. A esas denuncias Venezuela siempre ha respondido enérgicamente, acusándolas de injerencistas. Ante la nueva situación en el bloque regional, el gobierno del país caribeño denunció una “triple alianza” que “hostiga y criminaliza su modelo de desarrollo y democracia”. En la misma línea, el presidente boliviano Evo Morales consideró esta nueva crisis del bloque como “otro ataque a la integración económica por instrumentos del sistema capitalista”. El martes 23 de agosto hay en Montevideo una reunión de los Coordinadores Nacionales de los cinco Estados Partes del Mercosur para buscar una solución.

Comunidad Andina de Naciones (CAN)

La atención de la región andina durante los últimos meses se ha centrado en un hecho que, de ser exitoso, se transformará en un hito histórico: el acuerdo entre el gobierno de Colombia y la guerrila nucleada en la Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC) para el cese definitivo de hostilidades. El entendimiento se enmarca en un proceso de paz iniciado en 2012 para poner fin a las actividades insurgentes que tienen lugar en Colombia desde hace más de medio siglo. A partir de ahora, el proceso implicará distintos pasos formales y sustanciales, entre los que se destacarán la firma de una versión final de este acuerdo y el posterior referéndum acerca del mismo. La consulta fue motivo de amplias controversias, pero finalmente fue aprobada por la Corte Constitucional colombiana el 18 de julio y permitirá, por primera vez, que la población del país apruebe o desapruebe los contenidos acordados, según se estima, antes de fin de año. El entendimiento alcanzado el 23 de junio en la ciudad de La Habana fue recibido con beneplácito por la comunidad internacional y por la CAN, el proceso de integración del que participa Colombia junto a Bolivia, Ecuador y Perú. La secretaría del organismo felicitó oficialmente al gobierno colombiano, aunque hasta la fecha de este texto había trascendido que sólo un país del bloque regional -Bolivia- enviaría verificadores internacionales al momento de implementar la dejación de armas.

La Misión de Verificación será coordinada por la ONU y, según se dio a conocer, se conformará de 500 verificadores de distintas nacionalidades: alemanes, argentinos, bolivianos, chilenos, cubanos, españoles, guatemaltecos, mexicanos, paraguayos y suecos. La misión se ocupará de verificar que tanto el gobierno como las FARC cumplan con las actividades y condiciones del desarme dentro de las así llamadas “zona veredales de transición”, en las que se concentrará la guerrilla para su desmovilización. La participación de soldados cubanos en esta comisión generó algunas controversias, alentadas por el ex presidente y actual senador colombiano Álvaro Uribe, quien repudió tal implicación aduciendo que Cuba habría promovido financieramente las guerrillas colombianas. En cambio, el actual gobierno del país defendió la contribución del país caribeño, que facilitó el diálogo y funcionó como sede de las conversaciones del proceso de paz.

Comunidad del Caribe (Caricom)

El referéndum acerca del llamado “Brexit” tuvo inmediatas repercusiones internacionales y regionales. Entre ellas, el resultado con el que la población del Reino Unido despejó el camino para la salida del país de la Unión Europea (UE) disparó una serie de especulaciones acerca de las consecuencias que tendría para los países caribeños, en su mayoría ex colonias de la isla europea que, a su vez, es reconocida como socio clave en el desarrollo regional. En este marco, la 37ª cumbre semestral de jefes de estado y de gobierno de la Caricom, el proceso de integración iniciado en 1973, se dedicó a evaluar aquellas posibles consecuencias, que consideró serán “amplias y duraderas”. En conferencia de prensa, el secretario general del bloque, Irwin LaRocque, había adelantado que entre las preocupaciones se encontraba la contribución del Reino Unido al Fondo Europeo al Desarrollo, el principal aporte financiero de cooperación para la región. Otro de los frentes que se abre para el Caricom son los acuerdos de asociación económica con la UE. El representante del viejo continente ante la Caricom, el embajador Mikael Barfod, consideró que el “Brexit” podría conllevar a la renegociación de acuerdos comerciales del Reino Unido con el Caribe. Asimismo, desde la consultora Consejo del Caribe, David Jessop vaticinó que una UE sin Gran Bretaña podría acelerar la tendencia europea a dialogar con América Latina y el Caribe como una sola región en lugar de como dos bloques distintos.

En la reunión también se trataron asuntos de seguridad regional, integración económica y comercial, fortalecimiento de las relaciones regionales con Cuba y conflictos fronterizos de Venezuela con Guyana y Belice. Hubo, además, un momento de sosiego, ya que los líderes rindieron tributo a una figura trinitense que falleció el 2 de julio, día en que comenzaba la reunión. Se trató del dos veces primer ministro (1995-1999 y 2001-2010) Patrick Manning, quien es reconocido por haber liderado el desarrollo del sector petroquímico de su país y por predicar la unidad en su nación, aún dividida por diferencias étnicas, principalmente entre descendientes de africanos y de hindúes.

Sistema de la Integración Centroamericana (SICA)

Luego de seis meses de ausencia, a fines de junio Costa Rica anunció su regreso a la mesa política del SICA, tras haberse retirado en diciembre de 2015 a raíz del escaso apoyo conseguido para enfrentar el problema con la inmigración cubana. Por entonces, el país otorgaba visas temporales a cubanos que tenían como destino Estados Unidos. Pero después de que una oleada de isleños intentara entrar en Nicaragua de forma ilegal desde Costa Rica, el gobierno nicaragüense acusó a su vecino de crear una crisis humanitaria y de “lanzar” a los inmigrantes hacia su territorio, por lo que les cerró la frontera. Los países del SICA no lograron contribuir a una resolución del problema, manteniendo distintas posturas: mientras Nicaragua y Costa Rica se acusaban mutuamente, Panamá (donde también quedaron varados emigrantes cubanos) se sumó a las críticas a Nicaragua, Honduras se mantuvo neutral, República Dominicana y El Salvador aseguraron ofrecer ayuda a Costa Rica (aunque habría sido considerada insuficiente por su mandatario) y Belice y Guatemala impusieron exigentes condiciones para ofrecer paso a los inmigrantes por sus países. Finalmente, la solución transitoria a la crisis apareció de la mano de México, país al que llegaron los inmigrantes tras viajar en avión hasta El Salvador y en bus hasta territorio azteca.

Así, ante la limitada colaboración centroamericana, a fines del año pasado el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, se había retirado de las negociaciones y había realizado severas críticas al funcionamiento del SICA, en especial por la falta de implementación de los acuerdos formales. Frente a esto, en una nueva cumbre que tuvo lugar el pasado 30 de junio en Tegucigalpa, el presidente del país anfitrión aseguró que “en 30 días, el Sistema tendrá estructurada una agenda muy puntual de objetivos, metas concretas, elementos de medición que tienen que ver con los temas seguridad, comercio, integración regional en la parte económica, cómo enfrentar el cambio climático”. En este sentido, la declaración final de la cumbre enumeró instrucciones a los distintos órganos para que elaboren propuestas, agendas estratégicas y mesas de trabajo para atender dichos temas. El hondureño anunció, asimismo, que Nicaragua y El Salvador afirmaron su propósito de sumarse al proyecto de unión aduanera que Honduras y Guatemala oficializaron en mayo. La reunión fue ocasión, por último, del traspaso de la presidencia pro témpore del bloque al representante de Nicaragua Denis Moncada, embajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos, (OEA), quien asistió en nombre del presidente Daniel Ortega.

Alianza del Pacífico

El proceso de integración del que participan Chile, Colombia, Perú y México desde 2011 concluyó su XI Cumbre en Puerto Varas el pasado 1º de julio. La plenaria fue ocasión de congratulaciones acerca de sus progresos en materia comercial, puesto que desde el 1º de mayo se encuentra en vigor el protocolo que eliminó los aranceles del 92% de los productos que intercambian estos países entre sí. Los mandatarios de la Alianza celebraron también la firma de acuerdos para facilitar la movilidad de personas entre sus países y las conversaciones actuales con otras regiones. Entre las últimas, destacaron los avances logrados para futuras negociaciones con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés), el diálogo informal con el Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) y la suscripción de un acuerdo de asociación con Canadá el pasado junio. Del encuentro participaron todos los mandatarios de los Estados miembros y el presidente electo de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, que asumió el gobierno de su país un mes después.

Paralelamente, la cumbre fue marco de distintas reuniones, como la que tuvo lugar con los ministros de los países observadores. Actualmente son 49 los países que entran en esta categoría, entre los que se cuenta Argentina desde el pasado 10 de junio. El reciente gobierno de Mauricio Macri ya ha hecho expresa su intención de que el Mercosur converja con el proceso de integración del Pacífico. En esa línea, el mandatario asistió a la cumbre empresarial que se desarrolló en el ámbito de esta cumbre, así como lo hizo el presidente de Costa Rica, Luis G. Solís, también interesado en que su país integre el bloque en el futuro cercano.