La presencia de la autoayuda es un fenómeno peculiar de nuestro tiempo que tiene una genealogía extensa. Su configuración actual recoge las modulaciones de su historia y se articula con condiciones sociales y políticas que ponen el acento en las capacidades del sujeto. Este, que debe sostenerse con sus propios recursos, echa mano de una cultura terapéutica que lo invita a autocomprenderse, autodiagnosticarse y superar por sí mismo sus malestares. Los intelectuales no están fuera de la autoayuda; si muchos apelan a ella como consumidores, otros prestanservicios en tanto autores: periodistas reconocidos, ensayistas, psicólogos, sociólogos, filósofos, encuentran así un camino exitoso y rentable.