En América Latina, la década de los 70, se caracterizó en varios países, sobre todo en América del Sur, por la instalación en el poder de dictaduras de corte fascista. En respuesta a la profunda crisis del sistema, esos regímenes representaron la negación de los elementos más sustanciales de la institucionalidad democrática y de los símbolos de la misma. Sin embargo, el fracaso en su proyecto económico así como en su objetivo de someter a las fuerzas democráticas y populares llevaron a esos regímenes dictatoriales a abrir desde arriba determinados espacios políticos, para llegar mediante una transición paulatina a una "democracia restringida". Las dictaduras unipersonales como la de los Stroessner en Paraguay, de Pinochet en Chile y de Duvalier en Haití mostraban su incapacidad para adaptarse a este proceso. Por ello, el tema de la democracia de su contenido, de sus formas y viabilidad en la etapa actual toma un nuevo repunte. El derrocamiento de la dictadura de los Duvalier, al principio del año, viene a constituir una nueva experiencia para América Latina. En este artículo nos proponemos hacer algunas reflexiones sobre una situación - que pese a que se encuentra todavía en un proceso muy dinámico - puede enriquecer las reflexiones sobre los procesos de cambio en nuestro continente.