Entre la «comida-chatarra» de las grandes cadenas de comida rápida y la búsqueda de alimentos en los basurales del Gran Buenos Aires, en Argentina, pueden trazarse varias líneas de conexión que ponen en primer plano la desigualdad, el consumismo de esta época y los efectos de la alimentación industrial. McDonald’s es solo el emergente más visible de un sistema ligado a la expansión de los centros comerciales (shoppings) como espacio de consumo y sociabilidad, a los nuevos muros de la ciudad y a la pervivencia de lugares invisibilizados donde los marginados se dedican a reciclar residuos y a extraer de allí sus propios alimentos, «robándoselos» a las empresas de procesamiento de basura.