El tema de la democratización de América Latina constituye el punto nodal del gran debate que ha convocado desde mediados de los años 80 a los científicos sociales que se interesan por la región. Sin embargo, pese a que se ha generado tanto una prolífica producción teórica como un impresionante aumento del conocimiento empírico sobre los procesos políticos, la discusión está hoy estancada en una especie de callejón sin salida, y no acierta a dar respuesta a las ambiciosas cuestiones que se han planteado. Este artículo propone que tal estado de cosas es una consecuencia directa de las opciones teóricas y los diseños de investigación adoptados hasta el momento, y aboga por la necesidad de desprenderse de conceptos imprecisos y del voluntarismo prodemocratizante que permea buena parte de la producción ´científicaª.