Las maras se extienden más allá de su espacio y propósito de origen. Hoy, estas agrupaciones no solo controlan parte del corredor migratorio entre América Central y Estados Unidos, sino que han logrado construir un orden paralegal capaz de atraer a miles de jóvenes carentes de referencias simbólicas.Las maras dan pruebas de que la violencia exacerbada que hoy padece el continente es enbuena medida resultado de la economía neoliberal impuesta en los 80 y 90. Un problema que no se resuelve citando estadísticas de la crisis, ni apelando a la revancha de lo divino travestido en lo jurídico.