El año de 1971 será llamado el año del gran viraje de la industria petrolera internacional. En efecto, en ese año, la Organización de Países Exportadores de Petróleo consigue en Teherán y Tripoli y, más tarde, en Ginebra, llegar a acuerdos con las Compañías Petroleras en los cuales quedan plenamente garantizados los derechos de los Estados dueños de yacimientos, se reconoce la facultad irrenunciable de cada uno de precautelar sus reservas y se conviene en determinados mecanismos para aumentar la participación fiscal en la producción de petróleo.