Quinto lugar en reservas petroleras potenciales - sólo después de la URSS, Arabia Saudita, Kuwait e Irán -, México apostó su futuro a la carta petrolera y el endeudamiento externo, logrando así, de 1977 a 1981, los índices de crecimiento económico más altos de su historia e iniciando un amplio proceso de modernización en todos los órdenes. Sin embargo, la reducción de los precios internacionales del crudo y la crisis financiera mundial fueron los factores internos que pusieron nuevamente a los 70 millones de mexicanos frente a todas sus carencias estructurales de nación subdesarrollada, dependiente comercial, financiera y tecnológicamente del poderoso país con el que comparte 3 mil kilómetros de frontera: Estados Unidos.