El artículo aborda el debate inconcluso entre los beneficios de la apertura comercial y las repercusiones en el cuidado o deterioro del medio ambiente. El Tratado de Libre Comercio para América del Norte se perfiló como un elemento de crecimiento económico para Estados Unidos, México y Canadá. Si bien a 10 años de su puesta en marcha se exhiben avances en el ámbito macroeconómico, los efectos en regiones, sectores y en el ambiente han sido poco halagüeños. Se debe recuperar la potencialidad de la Comisión de Cooperación Ambiental, organismo trinacional creado por presiones de la sociedad civil, con el fin de generar un marco científico-político que dé lugar a estudios, indicadores y soluciones ambientales íntimamente relacionadas con la inclusión social.